sábado, 11 de febrero de 2012

EL GRAN TRIUNFO

ELIBETH EDUARDO


Para el momento en que escribo esta nota, ya hay un pequeña pero entusiasta votación en Australia. Las primarias de la oposición han despertado el interés de los compatriotas expatriados quienes, generalmente, encuentran millones de trabas consulares para ejercer su derecho al voto.
Pero no ésta vez. Quizás no puedan votar en octubre porque al régimen no le interesa. Igual, en este febrero se desquitan: voten por quien voten, sus sufragios (pocos o muchos) contribuirán con los números que amargarán el día al oficialismo... aunque jamás, jamás lo reconozcan.
El primer gran golpe democrático que recibirá el gobierno en este 2012 ya ha comenzado en alguna parte de Asia y Oceanía...

LA GRAN DERROTA
A quienes les preocupa el "éxito" de las primarias es porque aún no han superado la desesperanza aprendida que tan cara fue a los soviéticos y tan útil al régimen cubano.
Las primarias YA son un éxito, como lo demuestra la prohibición de votar que hizo el PSUV a su militantes; las cuñas en torno a los gobernadores de Miranda, Zulia y Carabobo; las múltiples tarimas gritando lo bueno que es el gobierno del Distrito Capital y, sobre todo, el hecho de que se realizan.

EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA
Pase lo que pase mañana, pocos reconocerán que la MUD asertó (pese a todas las críticas) con la fecha y con el hecho de combinar las elecciones de los candidatos presidenciales con la de los candidatos a alcaldes y gobernadores. La primera medida permitió que diciembre no "enfriara" el recorrido del país del discurso opositor.
La segunda garantiza una participación respetable, aún cuando se presentare la polarización que, efectivamente ocurrirá en la carrera de los candidatos presidenciales: logros políticos de una dirigencia que aprendió los errores de plazas fascistas, paros y abstenciones suicidas así como divisiones pendejas que no llevaban (invariablemente) sino a la derrota.
El día después de mañana, los "perdidos" serán otros: Él-Que-No-Debe-Ser-Nombrado balbucerá pendejadas de por qué se realizaron las primarias que él dijo que no iban, mientras le resta (de bolas!) importancia a la expresión de democracia participativa que él y su partido no son capaces de darle, ni al país ni al mundo. Esa es, sin duda, la gran derrota de mañana.
El gran triunfo, no obstante, estará en la repetición de la foto del primer debate (que ilustra este post) al darse los resultados finales de la votación. Al producirse ese nuevo "momentum", el principio del fin de la era chavista, sin duda, habrá comenzado.

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