martes, 28 de marzo de 2023

Decamerón: antes, durante y después del fin

"Como decía mi padre: en todo final hay un nuevo comienzo",

Mathew Clairmont en @ADiscoveryOfWTV

No es el Decameron la única historia que habla de orígenes y extinciones…

Elibeth Eduardo / @ely_e

Una de las razones por las que estoy segura de estar envejeciendo es el verificar que me enojo menos y con baja intensidad. Eso frena mi escritura la cual - por demasiado tiempo - fue profundamente catártica. 

Revisando (aún con sentimiento de culpa) por qué no escribí durante la primera pandemia en 100 años, descubro que, al parecer, no fue lo único que no hice: no recuerdo haber leído un solo libro en 2020. 

En realidad, creo que terminé uno (en inglés) que venía arrastrando desde hacía una década y empecé su continuación, aunque no recuerdo ni dónde está. 

Lo que SÍ hice fue trabajar mucho (sin dinero en contraprestación) en un sueño que no es lo suficientemente mío. No me pesa: conocí gente interesante y aprendí a manejar un buen número de herramientas para la producción de contenidos digitales. 

También descubrí lo que ya sabía: Instagram no me gusta y prefiero el podcast al video pues la voz me resulta más próxima a la escritura. 

En mi otro blog deberé reflexionar cómo trabajar de más no genera eficiencia sino burnout. De hecho, todavía tengo  entrevistas realizadas sin publicar pues no me alcanzaron las manos.

Visto así, los ChatGPT de inteligencia artificial que se han puesto de moda - como ocurre en las películas - llegaron sospechosamente tarde… 

TRABAJAR EN LAS PASIONES. Es un hecho que pueden certificar los periodistas y críticos de cualquier especialidad: dedicarse  a un área suele destruir a los "amantes" de la misma. Dicho de otra manera: tomar fotos por gusto es más divertido y apasionante que ser fotógrafo profesional. 

Lo cierto es que vivo de la escritura… cosa que logré - de nuevo - en 2021. Decir pues que tengo años sin escribir SÓLO es verdad para mis blogs. 

Por el contrario, es seguro que ahora escribo, edito y curo más textos que nunca antes en mi vida. 

Pero, volvamos a lo que SÍ hice. En resumen: 

  • aprendí a hacer videos en Canva  
  • le quité el óxido a mi francés en Duoalingo
  • y descubrí que el curso móvil de la BBC es caro, pero absolutamente espectacular.

Es decir, pulía mis "habilidades blandas", aprendía nuevos lenguajes reales y profesionales mientras me repetía (una y otra vez): "esto no es el fin del mundo… esto no es el fin del mundo… ¡ÉSTE NO ES el fin del mundo!". 

Y parece que tuve razón. Pero hay que recordar que en 2022 la cifra mundial (oficial) de muertos alcanzaba a seis millones de personas, sin contar otros tantos que fallecieron por dolencias que hoy SABEMOS que el SARS-CoV-2 puede lleva a condición terminal. 

La pandemia fue, para ellos, su apocalipsis. Como si en un solo año hubiesen desaparecido todos los habitantes de las Antillas Menores. 

Esas son demasiados islas que volverían a ser vírgenes.

COMO ODISEO U ORFEO. Así que, sin importar lo que me haya dicho a mi misma en 2020 y, por lo menos, hasta febrero de 2021, creo que puedo anotar: "de regreso del fin del mundo" en mi descripción de LinkedIn. 

Lo malo es que, el ser venezolana de la era del chavismo ya me hacia un organismo extremófilo.

De hecho, salvo por el miedo, el de la pandemia no fue - ni de vaina - el peor año: nada supera vivir un megapagón que NADIE sabe cuándo va a terminar en medio de la hiperinflación. 

Dejado atrás el fin del mundo sin que se nos ocurriera cómo escribir una obra que recogiera el más importante trauma ocurrido en lo que va del primer cuarto de siglo XXI, toca pues abrir los ojos como lo que somos: sobrevivientes que debemos honrar ese privilegio. 

Por eso retomamos este espacio para ver el mundo y la vida con ojos renovados, conscientes de que la era post Covid, con sus cicatrices, aprendizajes y legados, apenas comienza. 

Nos toca entender cómo se proyecta la sombra de la pandemia tanto en el hoy como en el mañana: ya sea a través de la IA conversacional, la guerra en Ucrania o el nuevo mundo del cine que parece escribirse ahora en clave de videojuego… porque allí, desde siempre, el apocalipsis es Now

Lo más importante, por supuesto, es que estamos aquí para contar lo que Boccacio no dijo, después de todo: cómo se vive en un mundo que está resucitando. 

Describir cuál es la historia de este reinicio lleno de locura no es fácil. Pero en eso andamos. 

 
 

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