domingo, 15 de septiembre de 2019

"BLACK JACK" RANDALL, MONSTRUO


"Muere como héroe o vive lo suficiente para convertirte en villano", Batman, el Caballero de la Noche.


Elibeth Eduardo | @ely_e 


No hay duda: cuando uno contempla la ejecución de Tobías Menzies en "Inframundo, Guerras de Sangre" sabe que - al fin - Alan Rickman tiene sucesor como el villano inglés más recordado de todos los tiempos, compitiendo con el Voldemort de Ralph Fiennes y - por supuesto - el caníbal que inmortalizó Anthony Hopkins.

Pero, para quienes sólo lo conocen como el débil amo de "Aguas Dulces" en Juego de Tronos, su performance será toda una sorpresa.

No así para los conocedores de
la más reciente producción de Ronald D. Moore.

Y es que la serie que recoge la saga Outlander de la estadounidense Diana Gabaldón cuenta con un personaje oscuro, sólo comparable a Cruela De Vil, la más absurda villana de los cuentos de hadas.

Sin embargo, lo único que comparten ambos personajes es que su maldad es tan extrema como infundada: no hay razón para que sean así y, por tanto, resultan brutalmente inhumanos.


EL ESPEJO OSCURO. Gabaldón comparte con su amigo George R.R. Martin mi profundo desinterés por leer sus libros aunque los motivos son diferentes.

En el caso de R.R., rechazo hundirme en las imágenes más crudas de la zaga "Canción de Fuego y Hielo" que (se sabe) no llegaron a la serie televisiva. De hecho, sus fetiches superan mi aversión por los de Polanski y eso ya es mucho decir.

De la Forastera de Gabaldón, en cambio, me separa el poco afecto que me producen los libros de aventuras, hecho que me distanció en mi adolescencia de autores como Jonathan Swift, Mark Twain o cualquiera de los Dumas. 

Lo mío es el misterio, la lógica del policial que aprovecha magistralmente J.K. Rowling en "El Prisionero de Azkaban" pero cuyas huellas encontramos en sitios insospechados como, por ejemplo, Jane Eyre. 

La señora Gabaldón pues, cultiva un género que sólo me encanta en la tele, donde es fácil de hallar y funciona muy bien.

Dicho esto, sería capaz de leer el libro que inicia la zaga Outlander sólo para conocer de primera mano el trazo con el que se perfiló a Jonathan "Black Jack" Randall: un personaje que usa la tortura tanto física como emocional con psicopática frialdad. 

Tal es la flema que lo único que nos hace pensar que lo disfruta es su incapacidad para detenerse. O titubear.

En contraste, su sereno, estudioso y amable descendiente, Frank Randall, le da la oportunidad a Menzies de realizar un doble papel que precisa de mucho talento actoral: ni las ropas ni el maquillaje pueden ayudarlo a crear tan grandes diferencias psicológicas que, sin embargo, permiten distinguir quién es quién tan sólo con una mirada. Por una mirada.


RETRATO DE UN VIOLADOR. Ni Gabaldón ni Moore nos ahorran muestras de lo que Black Jack es: desnuda a una joven frente a su hermano; azota a un hombre hasta desollarlo y - peor - insiste en que las heridas de esa espalda son SU obra de arte. 

Y sigue:‎ no le basta patear a una mujer‎ ("son tan blandas") sino que intenta enseñar a un soldado a "disfrutar" de tal práctica. 

Sí, decir que Jonathan Randall es un loco o un animal es restarle fuerza a su indiscutible condición de sádico.

¿Intenta Gabaldón hacernos creer que la causa de tal oscuridad es su homosexualidad? Si lo hace Moore lo diluye presentándolo, más bien, como el accionar de un alma que se sabe pérdida. Nada de lo que haga lo librará del infierno que su condición determina. Entonces, ¿para qué intentar ser bueno si, además, disfruta dando rienda suelta a su infierno personal.

En este punto, sobran los calificativos y se nos revela en forma simple: es un alma desgraciada que no espera ni cree merecer perdón.

HOMBRE ROTO. Pero estas no son reflexiones de voz quebrada o atormentada. No.

La marca de este personaje es la frialdad. Rasgo que está allí mientras sodomiza a nuestro héroe. También luego de que nos ha dejado ver (con apenas un gesto) la profundidad de sus ganas. Con una media sonrisa, con ese ligero calor en la voz al fin ha develado el por qué del encono contra los protagonistas: quiere a Jaime (intensamente) para él. 

Por eso no tolera que ame a Claire, que se refugié en su nombre y en la añoranza de su rostro para escapar del tormento que le está causando.

Tampoco se rinde e intenta con engaño lo que no pudo por la fuerza: se "recubre" de Claire para que su esposo - quien delira por sus heridas - abandone su resistencia y... se relaje.

Paremos: esta sofisticada, retorcida y osada estratagema nos proporciona la más perfecta escena de tortura psicológica que haya visto presentar en ninguna pantalla. Adiós a Javier Bardem tentando al Bond de Daniel Craig.

Randall, un hombre culto, pone en evidencia que cualquier talento luce sucio en un torturador. 

Su cálculo y paciencia al dejar actuar a la biología es impecable. La virilidad de nuestro héroe deberá encarar la desgracia que han enfrentado algunas mujeres violadas por apenas unos segundos de placer en medio del miedo, la impotencia y la humillación.

Miramos como el horror se apodera del rostro de Jaime al comprarle a Black Jack que su amada jamás le perdonará lo que no es más que una respuesta física, tan incontrolable como el hipo y el hambre. O la sed.

El DIABLO ENTRE NOSOTROS. El triunfo de Randall se convierte en el infierno de Jaime y la derrota de Claire en un climax emocional magistralmente narrado por Ronald D. Moore en "The redemption of a man's soul".

Al final, como en "Más allá de los sueños" (1999 ), se nos recuerda que el infierno sólo es posible si permanecemos solos por lo que el pedido de Claire a su esposo de que la mate si insiste en dejarse morir re-escribe con éxito el mito de Orfeo.

Pero, ¿este resultado nos permite intentar sentir empatía por Randall? ¿Como Claire, debemos preguntarnos si él sería quién es si no hubiese tenido que vivir los rigores del combate? O, por el contrario, ¿las guerras acoso nos libran de que estos monstruos habiten y depreden alrededor de nosotros? ¿Son los asesinos en serie, los capos y los azotes de barrio los Black Jacks de los tiempos de paz?

Antes de morir en Culloden, nos muestran a un Jonathan Randall que es capaz de sentir amor por su hermano y que - casi - intenta ser decente con quien debió ser su cuñada pero que, para resguardarla, se convirtió en su viuda. 

Pero todo en él es bizarro. El furioso dolor sin lágrimas de una máscara inexpresiva que golpea el cuerpo que recién era su hermano nos retratan su incapacidad de expresar amor como cualquiera.


STALIN, HITLER, FIDEL. La historia de Black Jack Randall también nos deja una última duda: ¿es él la consecuencia lógica de la búsqueda de sumisión de los ejércitos de ocupación de todos los lugares y tiempos? 

¿O acaso su conducta es la‎ validación de Zimbardo de que, en las condiciones de permisividad correctas, todos podemos ser y actuar como monstrous?

Eso, sin duda, explicaría la maldad y distanciamiento emocional que suelen destilar esas "invasiones endógenas" que el mundo acostumbra a denominar como dictaduras.

Pues, si bien el mantenerse en el poder explica (¿lo hace?) que los tiranos estén dispuestos a someter de cualquier forma a sus naciones, las mativaciones de quienes - como Randall - EJECUTAN el cómo (y a sus connacionales) son, por fuerza, más personales: su propio poder, prestigio, seguridad o placer. Su propio Lucifer.

Esto coloca al personaje de Gabaldón, de Moore y, sobre todo, de Menzies como la encarnación del gorilismo del siglo XXI: el que no se hace para construir imperios que "mejoren" al mundo. Ese que, aunque se haga en nombre de una ideología o gentilicio tiene en realidad los mismos motivos avaros y criminales que los de las maras centroamericanas o las mafias de todas las nacionalidades.

EL PEOR DE LOS TIEMPOS. Para aquellos de mi generación que nos preguntábamos cómo eran los gorilas gringos que permitieron quedarse en el poder a Pinochet, Somoza, Gadafi o Fidel la respuesta llegó en la toma contrapicada de las medallas de Jack Nicholson en "A Few Good Men" (1992).

Mas tarde, el arquetipo renace y se reinventa para "combatir" el terrorismo, esta vez en la gélida interpretación de Bruce Willis en "The Siege" (1998).

Anclado en el siglo XVIII, el personaje creado por Diana Gabaldón nos muestra el rostro de los jefes de inteligencia de la SS, la Stasi, ISIS, de mandamases de Nicaragua, Venezuela o la Rusia de Putin.

Es claro, las tiranías y sus monstruos se han actualizado y vienen en nuevos modelos. Mostrar sus males en otras épocas o en un mundo de fantasía le ha permitido a los escritores de todos los tiempos esquivar el debate político: podemos odiarlos pero no nos atrevemos a reconocerlos.

Debemos ver a Joffrey Baratheon y Ranmsy Boulton como la encarnación "millennials" de Calígula y Nerón. De los verdugos e invasores de todos los tiempos.

Pero el capitán de Dragones de su Majestad, por su inteligencia y eficiencia desapasionda, es el peor de todos ellos.

Horroriza a Drácula y a su inspirador Vlad III, el Empalador; Iván El Terrible luce como una caricatura interpretada por Jim Carrey mientras Gengis Khan parece un tataratataratatara abuelo bonachón.

Black Jack, como Rickman, es la viva imagen del villano perfecto. Inmortal. Eterno.

Aplausos de pie para Gabaldón. Su esfuerzo terminó en el único final virtuoso para un exorcismo: ella parió un arquetipo.  


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miércoles, 10 de abril de 2019

PAÍS BUDISTA

"Los efectos del apagón constituyen la tragedia civil más grande que ha sucedido en un país sin guerra", Ing. José Ma. De Viana.

Elibeth Eduardo | @ely_e

No importa que tan buena persona crea que es, frente al actual colapso eléctrico quienes vivimos en Caracas y sus alrededores dudamos.
Porque es una pesadilla. Pero una que nos fue evitada por más de una década sin que nos importaran las 32 horas que, en promedio, pasaba el 30% de Cumaná sin luz. Ni la tragedia de San Cristóbal que (como hoy Lara) debía lidiar también con la falta de agua, gas, internet y gasolina.
Así que no hay forma de que el resto del país se conduela del Este de la capital cuando las urbanizaciones en Vargas, alrededor de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho y algunas en El Paraíso tienen hasta años que viven tanto de las cisternas como del uso creativo del agua de lluvia.
De hecho, las imágenes que dieron la vuelta al mundo sobre el consumo de agua del Güaire jamás precisaron que las primeras en Caño Amarillo no eran lo que parecían: la toma es tan de montaña como las del Ávila y quizás más que las que generan filas en la autopista hacia Guarenas. 
Ninguna de ellas es la panacea ni deben tenerse por potables, según los expertos. Pero tampoco califican como "aguas servidas".
No obstante, en un país devastado por una guerra (@aroliveros dixit) llamada "chavismo" cualquier desgracia es posible: la objetividad del periodismo global cayó derrotada por el afán de dejar a la nomenklatura lo peor posible en todos y cada uno de los idiomas. 

LOCURA CORRIENTE. Es claro que ni el régimen ni la ciudadanía de la gran Caracas estaban preparados para quedar con las ancas al aire: todo el impulso y efecto del plan modernizador del país que iniciaron los adecos en el 45, que Pérez Jiménez continuó como si fuera suyo y que se agotó en el primer periodo de Carlos Andrés Pérez duró hasta el jueves 7 de marzo, luego de la insuficiente actualización de los 90 y los 20 años de desinversión, saqueo y destrucción de la revolución bolivariana.
Pero la coalición en el poder (y su pensamiento mágico caribeño) nunca aceptó que no podían seguir disfrutando de todo sin invertir ni pagar nada. Ellos, que son la muestra del fracaso cultural de la Venezuela saudita,  dilapidaron la posibilidad de ser reverenciados por sus logros materiales como Fujimori o Pinochet. 
En cambio, se comieron en sancochos todas las gallinas de huevos de oro y rumiantes gordos. Ahora, que solo tienen flacas, están descubriendo que no saben ni qué carajo engorda a las vacas.
Su negación delirante compite con la ciudadanía opositora, demandante de que se cumplan los cronogramas de suministro de agua mientras esperan el Metro.
Es claro que no les llegó el memo con la notificación de que - como advirtieron los botados del PDVSA en 2.002 - el país en que se podía disfrutar de todos los servicios públicos al mismo tiempo no existe más. Que demorará tanto en colapsar es obra de la inercia de la que nos habla la termodinámica.

EL MÍTICO LLEGADERO. Cumplida la amenaza tradicional de "cuando el destino" nos alcance, la nomenklatura gobernante ya no tiene un "gobierno anterior" a quien culpar porque, además, el colapso actual no tiene precedentes en la historia del siglo XX: en todos los demás gobiernos cualquier cosa funcionó mejor. 
Mientras, como los buenos budistas, aprendemos a dar gracias por el agua que bebemos, por bañarnos y ver la TV antes de dormir.
Pero no somos ángeles. Aunque celebremos cada pequeño triunfo, no hay aceptación de la tragedia.
Solo paciencia alimentada por una furia fría, sorda e incansable que nos lleva a realizar plegarias que no debería escuchar ningún Dios digno de ser alabado.
Sabemos que debemos sentirnos mal al desear que los 300 ministros y 3.000 generales que han respaldado al régimen vivan la décima parte de lo que sufren seis meses sin agua en Tucupita; así como una centésima parte del arrase de la bella Maracaibo.
Que pena... no me da culpa, segura como estoy de que ya hay un lugar en el infierno para la cúpula y sus aliados.
La única compensación de que no tengan capacidad sino para agravar el colapso es que ellos mismos se dieron el país por cárcel. 
Ojalá que estén re evaluando el exilio porque siempre habrá un venezolano fuera que se encargará de que sea lo más miserable posible.
Esa es una poco budista pero absoluta certeza.

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martes, 26 de marzo de 2019

EN EL MURO DE LOS LAMENTOS

"Nada en mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez sistemática". Martin Luther King.

Elibeth Eduardo | @ely_e

Supongamos que usted es una de las víctimas de la Hegemonía Comunicacional, fenómeno que según los encuestólogos explica el 20 y poquito por ciento de respaldo para Maduro.
¿Por qué? Porque no sólo reciben alguna prebenda del Estado (cargo, vivienda, comida y/o dinero) sino que, también, solo tiene acceso a la versión de que el mega apagón del 7MAR fue obra de Trump y Guaidó.
Si es así, de seguro es víctima desde hace más de una década de fallas constantes de electricidad, es más el tiempo que pasa sin agua que con ella y, recientemente, tiene que hacer trampas para pagar tanto la bombona de gas que consigue por los caminos verdes como el transporte que logra sacarlo de vez en cuando de su vecindario.
Crea o no que fue Trump, el apagón del 25MAR le resultó el colmo: ¿uno antes del Día de la Mujer y otro del de la Encarnación? ¿No que el tipo era machista?
Por otro lado, se supone que detuvieron al secretario de Guaidó porque iba a atacar el Metro (si no vive en Caracas le importa un carajo) y que los militares han reforzado por aire, tierra y mar todas las instalaciones eléctricas.
Uhmm, quizás - como con la económica - es claro que la revolución lleva perdida la guerra electromagnética.
Esto es vaina.

MENTIRAS COBERAS. Pero si usted es de los fieles seguidores de la exdiputada Maria Corina Machado, probablemente también requiere consuelo.
Luego del horror que ha vivido el Este de Caracas (convertido en una versión lite de Maracaibo) queda bastante claro que Carlos Raúl Hernández y Fernando Mires - junto con Félix Seijas y LVL - tienen razón: creer como los cubanos de los 70 que los marines estaban tomando una cerveza en la isla más cercana antes de venir a rescatarnos es comprar la historia elaborada por el G2 para entrampar a nuestra líder que la repite inocentemente, ignorando la infiltración enemiga.
¡Primero llegaron los rusos! Puede que sean poquitos... pero venían de más lejos.
No, es claro que los gringos van a demorar más que el Godot de Gené, a menos que sean imprescindibles para la campaña del pana Donald. Y ahora que se libró de la acusación de la trampa con los rusos puede que no quiera provocarlos.
Más vaina.

DEL MONOPOLIO. No hay espacio para dudar debido a lo fácil que lo puso la nomenklatura. Puede que aquel jueves la falla comenzara temprano pero, en casi una semana sobraron las noches para rodear Miraflores, cercar Catia, tomar La Guaira y sitiar Maracay, amén de  dejar claro a quienes están en La Tortuga y en La Orchila que no pueden ni huir ni esconderse.
Resultó tan evidente que buena parte de los familiares de enchufados salidos hasta por trochas en los días subsiguientes lo hicieron porque, con el desalojo de la embajada gringa, Fuerte Tiuna pasó de ser.inexpugnable a un blanco que decía: "el Alto Mando vive aquí".
Chance sobró tanto para expulsar a Maduro como para arrastrar a Cabello por el ídem, incluyendo la entrega formal a los ministros de Petróleo y Electricidad de tarjeticas de Casualidad y Arca Comunal con la leyenda:
"Gracias por la contribución en la liberación de su Patria. Úsela para salir de la cárcel, al canjearla por el país de su preferencia. Suerte con eso".

TIEMPOS MEJORES. No es casual que la (hasta ahora) candidata de Manchuria apenas se haya hecho sentir, consciente de que su promesa básica se ha revelado como una trampa caza bobos Made in Moscú y que ha sido - operacionalmente hablando - fundamental para la permanencia del régimen al torpedear la idea misma de una (pacífica e inteligente) salida negociada.
Si Caracas fuera una mezcla entre Berlín y Jerusalén, tendría un espacio con su nombre para lamentarse (por pendeja) al pie del muro.
En este punto, casi todos estamos de acuerdo en que fueron buenos los tiempos de la Guerra Fría, con batallas, en general, menos devastadoras que los de Irak, Afganistán o Siria y el plus de que los gobiernos "socialistas" solían caer por el peso de su incompetencia, sin chance de retorno.
Esperemos ser el corolario de esos tiempos, con la negociación y elecciones habituales propias de las transiciones exitosas y permanentes en el mundo. Amén.
Gloria, gloria.
Aleluya.



Elibeth Eduardo
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miércoles, 30 de enero de 2019

TOUR EN LA TARDIS

"Todo lo que ocurre aquí es creación autóctona de los venezolanos. Tenemos ingenio suficiente para crear este desastre y podemos hacerlo aun peor en los próximos días", Oscar Reyes Matute.

Elibeth Eduardo | @ely_e

Era el año de 1.993 y el discurso no fue lo suficientemente reseñado por los medios: "La historia me ha permitido ser el único venezolano que ha investido a dos compatriotas distintos como presidentes de la República. Por ello, doy gracias a Dios".
Tendría que llegar la toma de posesión de 1.998 para que Rafael Caldera repitiera la hazaña de Luis Enrique Oberto. La misma le fue arrebatada a Carlos Andrés Pérez debido a su defenestración.
No le correspondía, sin embargo, al jefe de la otrora Cámara Baja tener ese "privilegio": era del presidente interino, Octavio Lepage quien (al liderar de nuevo el Senado) debió haber investido a Ramón J. Velásquez como presidente provisional para gobernar los ocho meses que restaban del mandato de CAP.
Pero la invitación de Lepage se traspapeló en un "accidente" digno de House of Cards. 
Bienaventurados los pacientes (como LEO) pues ellos verán su cuarto de hora.

TRANSICIONES A GRANEL. Lo cierto es que quedó en la historia de Suramérica y en la nuestra que tuvimos 15 horas con TRES (03) presidentes: 
  • Un defenestrado (Pérez);
  • El presidente del Senado nombrado interino por el vacío de poder (Lepage) y;
  • Uno provisional electo por el Congreso (Ramón J.) que aún no tomaba posesión y le permitió a Oberto inscribir su nombre en mayúscula en nuestra historia.
Si bien tanto Ecuador como Perú se encargaron en las décadas siguientes de que fueran pocos nuestros presidentes simultáneos, lo más importante es que, por más inédita que sea la actual situación (dos autoproclamados) dista de ser insólita. Ni siquiera alcanza nuestro peor récord.
Como bien lo señala el epígrafe, tenemos talento y oportunidad para hacerlo peor. 
Give us time.

ÉPICA ASIMÉTRICA. Si nos guiamos por los temores del Papa y las amenazas del chavismo-madurismo las confrontaciones en Vietnan, Afganistán y Angola (juntas) se está gestando en los corazones de los milicianos del chavismo.
Claro, ninguno de esos discursos explica por qué la vigilia de Miraflores el 23E  estaba desierta ni cómo es que al FAES, los colectivos y la PNB los acribillan en Petare, Catia y San Agustín, mientras detienen niños al pie de Sorte para esconder que no hay un diputado preso en 2019. Excepto Guaidó y fue su liberación del SEBIM lo que probó que tenía superpoderes.
Porque es oficial: digan lo que digan el Papapupa y el Padrino de este cuento, los héroes y mártires NO han estado en ESTA revolución.
Y, después de 20 años, su "tiempo de comprobación" (definitivamente) expiró.  

HECHO EN JALISCO. Pero como dice Reyes Matute desde su muro facebookiano, nada es casual.
Así, en diciembre de 2015 la nomenklatura decidió tomar por asalto el TSJ llenándolo de sumisos que arrebataron el triunfo a la oposición e iniciaron la cadena de eventos que condujo a Maduro a juramentarse dos veces para el período de 2019 a 2025: en 2018 frente a una ANC espuria y el 10 de enero con un TSJ impotente por manifiesta piratería.
Con buena parte de la chequera del país en manos de Guaidó, las deserciones están cantados quizás comenzando por esos fiscales y magistrados que tan calladitos están.
Sí, disfrutaron como niños despojar al país de su Parlamento, de un Referendo Revocatorio ganado a muerte, robar al menos dos gobernaciones y la fe en el voto en toda la "tierra de libertadores".
Lo hicieron porque podían. Y no dudaron.

EL POSTRE DE LA ÚLTIMA CENA. Hoy desearían dar un viaje en cualquier máquina del tiempo para que los devuelva al 13A de 2002. O al momento en que ganaron TODA la Asamblea porque la oposición no concurrió.
Y, sin duda, quisieran estar en esos años en que el petróleo a más de US$ 100 escondía que la producción petrolera comenzaba a secarse, fenómeno que ni siquiera el Comandante Galáctico hubiese podido evitar. 
Ahora necesitan la TARDIS para amanecer en la última semana de febrero cuando la rebelión se haya desgastado y los gringos de la embajada quieran tener de nuevo relaciones con ellos. 
Como Hitler antes de la toma de Berlín, no necesitan una máquina del tiempo sino a Flash que los lleve a una línea paralela o a los Dres. Who y Strange para que los muden de universo. Lo que lleve menos.
Porque es claro que SU tiempo ya se acabó.
Además, Mr. Trump tiene el taxímetro de tropas corriendo en Colombia sin muro, mal en las encuestas y de pésimo humor.
O sea.

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martes, 29 de enero de 2019

TOUR EN LA TARDIS

"Todo lo que ocurre aquí es creación autóctona de los venezolanos. Tenemos ingenio suficiente para crear este desastre y podemos hacerlo aun peor en los próximos días", Oscar Reyes Matute.

Elibeth Eduardo | @ely_e

Era el año de 1.992 y el discurso no fue lo suficientemente reseñado por los medios: "La historia me ha permitido ser el único venezolano que ha investido a dos compatriotas distintos como presidentes de la República. Por ello, doy gracias a Dios".
Tendría que llegar la toma de posesión de 1.998 para que Rafael Caldera repitiera la hazaña de Luis Enrique Oberto. La misma le fue arrebatada a Carlos Andrés Pérez debido a su defenestración.
No le correspondía, sin embargo, al jefe de la otrora Cámara Baja tener ese "privilegio": era del presidente interino, Octavio Lepage quien (al liderar de nuevo el Senado) debió haber investido a Ramón J. Velásquez como presidente provisional para gobernar los ocho meses que restaban del mandato de CAP.
Pero la invitación de Lepage se traspapeló en un "accidente" digno de House of Cards. 
Bienaventurados los pacientes (como LEO) pues ellos verán su cuarto de hora.

TRANSICIONES A GRANEL. Lo cierto es que quedó en la historia de Suramérica y en la nuestra que tuvimos 15 horas con TRES (03) presidentes: 
  • Un defenestrado (Pérez);
  • El presidente del Senado nombrado interino por el vacío de poder (Lepage) y;
  • Uno provisional electo por el Congreso (Ramón J.) que aún no tomaba posesión y le permitió a Oberto inscribir su nombre en mayúscula en nuestra historia.
Si bien tanto Ecuador como Perú se encargaron en las décadas siguientes de que fueran pocos nuestros presidentes simultáneos, lo más importante es que, por más inédita que sea la actual situación (dos autoproclamados) dista de ser insólita. Ni siquiera alcanza nuestro peor récord.
Como bien lo señala el epígrafe, tenemos talento y oportunidad para hacerlo peor. 
Give us time.

ÉPICA ASIMÉTRICA. Si nos guiamos por los temores del Papa y las amenazas del chavismo-madurismo las confrontaciones en Vietnan, Afganistán y Angola (juntas) se está gestando en los corazones de los milicianos del chavismo.
Claro, ninguno de esos discursos explica por qué la vigilia de Miraflores el 23E  estaba desierta ni cómo es que al FAES, los colectivos y la PNB los acribillan en Petare, Catia y San Agustín, mientras detienen niños al pie de Sorte para esconder que no hay un diputado preso en 2019. Excepto Guaidó y fue su liberación del SEBIM lo que probó que tenía superpoderes.
Porque es oficial: digan lo que digan el Papapupa y el Padrino de este cuento, los héroes y mártires NO han estado en ESTA revolución.
Y, después de 20 años, su "tiempo de comprobación" (definitivamente) expiró.  

HECHO EN JALISCO. Pero como dice Reyes Matute desde su muro facebookiano, nada es casual.
Así, en diciembre de 2015 la nomenklatura decidió tomar por asalto el TSJ llenándolo de sumisos que arrebataron el triunfo a la oposición e iniciaron la cadena de eventos que condujo a Maduro a juramentarse dos veces para el período de 2019 a 2025: en 2018 frente a una ANC espuria y el 10 de enero con un TSJ impotente por manifiesta piratería.
Con buena parte de la chequera del país en manos de Guaidó, las deserciones están cantados quizás comenzando por esos fiscales y magistrados que tan calladitos están.
Sí, disfrutaron como niños despojar al país de su Parlamento, de un Referendo Revocatorio ganado a muerte, robar al menos dos gobernaciones y la fe en el voto en toda la "tierra de libertadores".
Lo hicieron porque podían. Y no dudaron.

EL POSTRE DE LA ÚLTIMA CENA. Hoy desearían dar un viaje en cualquier máquina del tiempo para que los devuelva al 13A de 2002. O al momento en que ganaron TODA la Asamblea porque la oposición no concurrió.
Y, sin duda, quisieran estar en esos años en que el petróleo a más de US$ 100 escondía que la producción petrolera comenzaba a secarse, fenómeno que ni siquiera el Comandante Galáctico hubiese podido evitar. 
Ahora necesitan la TARDIS para amanecer en la última semana de febrero cuando la rebelión se haya desgastado y los gringos de la embajada quieran tener de nuevo relaciones con ellos. 
Como Hitler antes de la toma de Berlín, no necesitan una máquina del tiempo sino a Flash que los lleve a una línea paralela o a los Dres. Who y Strange para que los muden de universo. Lo que lleve menos.
Porque es claro que SU tiempo ya se acabó.
Además, Mr. Trump tiene el taxímetro de tropas corriendo en Colombia sin muro, mal en las encuestas y de pésimo humor.
O sea.

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