domingo, 28 de octubre de 2012

BATMAN ASCIENDE Y EL ESTADO COMUNAL

ELIBETH EDUARDO

Recuerdo perfectamente la frase que utilizaba Arturo Uslar Pietri para describir a la Revolución Francesa y sus líderes. Decía que la misma "se comió a sus padres y se comió a sus hijos", sin que yo pudiera entenderlo.
Para mi la Revolución Francesa era el proceso en el que habían nacido los mejores conceptos de la modernidad y la humanidad: Libertad e Igualdad..
Quizás porque era una niña y necesitaba coherencia y simplicidad, Napoleón y la guillotina tenían que ver con momentos históricos divorciados de esa revolución. Lamentablemente, en algún momento tuve que ponerlas donde iban. Las contradicciones me horrorizaron.
Lo bueno? Entendí que no era culpa de los rusos ni de los chinos que se asociara la palabra "revolución" a hechos violentos e incontrolables.


LA MIRADA DE DICKENS. Hizo falta, sin embargo, que leyera "Historia de Dos Ciudades" para tener una visión que, finalmente, me permitía comprender todas las contradicciones, aún sin explicarlas.
Puede que tengan razón quienes opinan que ese no es, de ningún modo, el libro en que Dickens muestra lo mejor de su talento como escritor. Pero, aunque parezca raro, la mirada horrorizada de aquel inglés que describía cómo un país entra en guerra contra si mismo y se despedaza en una lucha fratricida fue, justo, lo que ningún libro o análisis histórico me había dado... tal vez porque allí ofrecía más preguntas que respuestas. Más emociones que razones.
Y, como mi lectura es relativamente reciente, lamenté el que no sea un libro más conocido. Porque las películas no reflejan tan bien como el libro los riesgos simbólicos de las revoluciones que tan bien conocemos, hoy en día, los venezolanos...
Pensé que no había mejor lectura que la Dickens sobre estas amenazas.
Hasta que vi "Batman Asciende"...


ESA HERMOSA PROMESA. Porque es curiosa que tanto en "Historia de dos ciudades" como en "Batman Asciende" la promesa de igualdad y justicia para todos logra mostrar los dientes de la más grande verdad jamás dicha: "igualar hacia abajo" no es otra cosa que una enorme injusticia.
También desnuda que, detrás de la promesa aquella de "darle todo el poder al pueblo" no hay otra cosa que la consolidación del caos y el poder autoritario para un mínimo grupo que logra encumbrarse gracias a la falta de instituciones.
También revela que la "justicia popular vía asambleas tumultuarias" no es otra cosa que linchamientos disfrazados de un proceso justo con un discurso que encubre la venganza, la envidia, el resentimiento.
No tengo idea de si la novela de Dickens influyó en la reciente entrega de la más inteligente lectura de la historia del hombre murciélago que hace Christopher Nolan, ya legendario gracias a "El caballero de la noche".
Así me lo parecieron sus "juicios populares". Pero también la expresión arrepentida de su Gatubela frente a la ocupación de viviendas "expropiadas".. consciente ella de que habían sido la casa de alguien.
Y ella, cuya casa era el templo de su individualidad, de su ser, lo único de ella que no mentía, entendió que la miseria de todos es igual a la felicidad de nadie.
Ella, que tanto soñó con que los "ricos" recibieran su merecido... esa "tormenta" común al libro y la película, se dio cuenta de que dicha revancha era mejor promesa que realidad y que el caos que ocasionaba no brindaba beneficios sino a quienes tenían planes para aprovecharlo. Sólo a ellos.
Otro tanto puede decirse del estado comunal que pretenden vendernos como la versión actual del Nirvana.
Ni los soviets, ni las comunas chinas o cubanas lograron algo distinto que el caos y la miseria para todos que "inventó" la comuna de París... que tan magistralmente retratan libro y película.
Ya hay cifras que hablan de un 45% de intención de abstención en Mérida, uno de los dos estados en que la oposición logró el triunfo en octubre lo cual supone que pueden perderse todas la gobernaciones de la oposición, incluyendo la simbólica Miranda.
Y ésta debe ser Stalingrado.. Junto con el Táchira y los siempre comanches Zulia y Nueva Esparta para que haya, cuando menos, territorios que no estén rendidos a su propia aniquilación político territorial a través de las comunas.
Si el guayabo le hace preguntarse "para qué votar", vea "Batman Asciende" y recuerde la amenaza del Estado Comunal que sólo gobernaciones y alcaldías pueden resistir con alguna eficiencia.
Si no hubiese (y los hay) otros motivos para votar en diciembre, con ese habría razones suficientes.
Búsquela en DVD. O mirela por internet. Como sea, veálo con ojos esclarecidos.
Y entienda que del caos posible nacen los motivos para votar... y la necesidad de resistir.
Forever.

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domingo, 21 de octubre de 2012

EL OTRO PAÍS

ELIBETH EDUARDO

La foto que acompaña este trabajo fue tomada en el cierre de campaña de Henrique Capriles Radonsky en la avenida Bolívar de Caracas.
La tome para usarla en mi artículo de ese día... pero no pude escribir.
Una angustia terrible me invadió después de marcha. En realidad, dos.
La primera angustia tenía que ver con lo que sentía de aquella indiscutible multitud: una esperanza, una certeza... una convicción y una alegría infinita hija de una creencia que no admitía discusión: el triunfo de "el flaquito" estaba cantado.
No podía ser de otra manera. Íbamos a ganar. Nadie allí (salvo yo, quizás) estaba dispuesto a aceptar racionalmente un resultado diferente.
Jamás.
Ni de vaina...

LO QUE NO VI. Esa poderosísima energía que me hizo creer que el triunfo no sólo era posible sino probable me produjo, sin embargo, angustia por su obcecación. Qué pasaría si el CNE no validaba la certeza de esa masa? Y me quedó en el artículo "ESA".
Porque la segunda e inconfesable angustia estuvo asociada a lo que no vi: nadie distinto a Voluntad Popular hizo un trabajo de movilización efectiva en los sectores populares.
No habÍa suficiente "pueblo".. Y yo, que no quería aceptarlo, acuse el hecho inconscientemente y viví la angustia.
Sin suficiente pueblo no podíamos ganar... pero era muy difícil que la gente que estaba allí creyera que no éramos mayoría.
Y la verdad, dolorosa y triste, es que no lo somos.

EL OTRO PAÍS. No comulgó con quienes sienten que no son "parte" del país que apoya a el chavismo. Esa idea, en si misma, es el triunfo de esa ideología.
Porque significa que la mujer que me ha peinado el pelo durante cuatro años y que tiene un nieto de la misma edad de mi sobrino cuyas fotos nos intercambiamos una vez a la semana, forma parte de una "realidad" a la que no pertenezco, no reconozco ni acepto cerca de mi. Yo no soy como ella, aunque su nieto y mi sobrino vivan en el mismo país de los niños consentidos.
Tampoco entiendo porque debo descontar de "mi país" al mensajero que también vende las películas quemadas compradas por el resto de mis colegas los fines de semana.
Ellos, mi peluquera y el mensajero, son chavistas... Y también son la Patria. MI PATRIA.
Se que sueno como si fuera loca cuando digo que la seguridad social que hace militante a Juan Carlos Mendez Guédez (@mendezguedez) en España es lo que impulsa a votar por Voldemort a buena parte del pueblo chavista.
Tambien tengo claro por qué sueno como loca: las misiones no sueñan con alcanzar a brindar la calidad de vida que defienden a muerte hoy día griegos y españoles.
Pero, para demasiada gente en Venezuela representan una mejora en la calidad de SU vida... a la que no quieren renunciar.
Y la tragedia del país hoy es que hay dos bandos enfrentados por la esperanza de una mejor y mayor calidad de vida que piensan que el OTRO no les permitirá tener.
Pensar que hay que "derrotar" al pueblo chavista para derrotar al chavismo es nuestra mayor tragedia pues es el triunfo ideológico del gobierno: nos volvieron chavistas a todos... aunque votemos distinto.
Lo dije en mi último artículo: hay que derrotar al chavismo políticamente antes de hacerlo electoralmente.
Eso significa dejar de actuar como chavistas y respetar, comprender y reconciliarnos con los compatriotas de ese otro país.
Convencerlos (si, convencerlos) de que es Voldemort y su socialismo el enemigo del futuro de sus hijos. No la Polar, la empresa privada o quienes hemos estudiado en universidades distintas a la UNEFA y la Bolivariana.
Si no, el gran triunfo no llegará ni con la muerte del caudillo.
Punto.

MIRANDA ES STALINGRADO. Antes de darle la razón al maestro Fausto Masó en que el estado Miranda es Stalingrado y hay que defenderlo del retorno del chavismo a la gobernacion con la vida misma, quiero hacer público mi reconocimiento y gratitud a Henrique Capriles Radonsky (@hcapriles) por haber sido el líder necesario para esta lucha durante su campaña admirable.
Gracias por encabezar nuestros sueños y darle forma a nuestras esperanzas. Ojalá decida encarnar a aquellos de nosotros que no podemos pensar en un plan B que no sea luchar hasta la muerte por el país que queremos, aquí, en la tierra de nuestros padres, sobrinos y abuelos. Ojalá nuestra batalla siga siendo suya.
Y ojalá mi miedo en su acto de final de campaña sea en vano y nuestra (no es sólo suya) derrota electoral nos ayude a aprender de los errores y no nos lleve a repetir los superados.
La abstención en las elecciones regionales no es castigo sino rendición suicida.
Y Miranda es y debe ser Stalingrado.
No hay alternativa.
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