domingo, 9 de junio de 2013

LOS PIRATAS DEL CARIBE

ELIBETH EDUARDO

Como no soy admiradora de Jhonny Deep, me perdí de ver cuándo era nueva la zaga de Piratas del Caribe, en nada parecida a las películas en blanco y negro de mi niñez. Por supuesto, no sé si eran en blanco y negro pero así las recuerdo.
Como sea, me intrigó el personaje de Sparrow: no dudo que el mundo de la Hermandad de la Costa haya estado llena de traicioneros borrachos pero dudo qué alguno de los mismos resultará gracioso. O viviera mucho.
No puedo dejar de pensar de los integrantes de la hermandad como en lo que fueron en realidad: hombres sin fortuna y, en muchos casos, sin destino, que se debatían entre ser héroes para su corona y los enemigos públicos más buscados por la corona rival: la española. Sin contar las duras ocasiones en que eran simples canallas ladrones para ambos reinos.
Luego recordé que en ese maravilloso libro llamado Demonios del Mar: Piratas y corsarios en Venezuela 1527 - 1727, Luis Britto García nos recordaba que llamamos "pirata" al profesor y/o otra persona mal preparado que pretende, por lo vía de una autoridad que lo puso ahí, sustituir un conocimiento que no posee. Usurparlo. Hacer como si lo tuviera. Pretender. Fingir. Engañar.

DESDE EL CARIBE. Visto así, el personaje de Deep tuvo más sentido: su habilidad para engañar, su truculenta apariencia e, inclusive, su amaneramiento respondía a esa necesidad permanente de pretender y timar. Su condición de traidor y cobarde venían, pues, de librito a la referencia original.
Siempre y cuándo pensáramos, específicamente, en el sentido venezolanisimo de la piratería, que, por cierto, parece la ideología subyacente - más que el marxismo - del llamado Socialismo del siglo XXI.
Después de todo y mas allá de sus comprobados males, la versión caribeña del totalitarismo soviético - cuya sede esta en la isla de donde son los cantantes y las mulatas legendarias - siempre pudo mantener un discurso creíble para muchos y hasta coherente.
De hecho, aprovecharon la coartada del bloqueo y, desde allí, armaron su arsenal de excusas con un éxito que llega a nuestros días, cuando los giros a la derecha pondrán a prueba su capacidad de argumentar.
En el caso venezolano, la pérdida del líder máximo representó el fin de la validez aparente: toda la credibilidad de que se PODÍA lograr algo se esfumó, repentinamente, en la tarde del 5 de marzo.
Y no está enterrada con el líder del proceso porque, por puro cálculo político, aun no le dan cristina sepultura... pensando que así lo libran de la derrota final: el olvido.
Pero hasta ese proceso de preservación les ha estado saliendo mal.

LOS HIJOS DE SPARROW. No es que crea que cuando el difunto vivía las cosas estaban mejor. No.
Pero el dueño del circo no tenía los problemas que apreciamos actualmente con su corte de payasos.
Él difunto, por ejemplo, se hubiese encargado, de seguro, de destituir a la ministra que afirmó, sin rubor, que ni daba ni iba a dar cifras de enfermos y muertos de la gripe AH1N1para no causar alarma. Y su destitución, además de pública, hubiese dejado en claro que una frase como esa produce mas alarma... aprovechada por los medios apátridas, fascistas, traidores, burgueses, majunches, bla bla bla bla..
Tampoco se hubiese visto la peliculita actual con el racionamiento electrónico en el estado Zulia: Vielma Mora no hubiese llegado a declarar que en Zulia sí pero en su estado no... porque los únicos estados que no eran de Voldemort eran los de oposición y hasta eso podía variar en ocasiones y se declaraba amo y señor de todos, sin excepción..
Ningún ministro hubiese salido a decir que monitorearian nada para luego, el Presidente de la república saliera a afirmar que esa medida había que echarla para atrás. Y, por supuesto, Arias ni hubiese replicado a la afirmación...
A menos que fuera una prueba piloto, en caso tal el mismísimo Voldemort lo hubiese dicho para que ese respaldo popular que lo acompañó hasta la tumba hubiese zanjado la discusión.
No. Es claro que mas que hijos del hijo de Fidel, la actual camarilla en el poder es hija de Jack Sparrow, justo en ese momento en que las cosas le salen mal y luce como un payaso.
Y, si tienen dudas, ¿qué nombre distinto a "piratas" se le puede dar a los adulantes que pensaron que podían darle el Premio Nacional de Periodismo post mortem a quien cerró RCTV y 34 emisoras de radio de un plumazo y sin contemplación?
Si hubiese un premio a la piratería, este gobierno y sus representantes lo hubiese ganado en todas su categorías.
Y no tiene ni tres meses.
Dios nos asista.

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