lunes, 30 de marzo de 2009

Echársela de pobres



Elibeth Eduardo

En la conferencia "Cuatro Reyes, Cuatro Repúblicas"* basada en el libro de Francisco Herrera Luque, Luis Britto Garcia señalaba con agudeza que una de las características fundamentales de tres de los hombres que marcaron la historia del país, según la tesis herreriana, es que habían "cultivado" una cuidadosa leyenda sobre su "popular" procedencia lo cual, por cierto, no era verdad.

Así, contrario al decir popular, ni Páez era analfabeta pues inclusive era lo que se conoce como book-keeper; ni Gómez era un humilde campesino sino un muy próspero hacendado.
En cuanto a Betancourt, Britto García señalaba (con muy disimulada sorna) que el señor Betancourt padre era un acomodado comerciante, poseedor del primer carro que circuló en Guatire, "por lo que debemos suponer que el primer velocípedo que hubo en ese pueblo fue para el pequeño Romulín".
Guzmán Blanco, por el contrario, presumía de ser familiar de Bolívar con lo cual no podía darse el lujo de los otros: hasta el fin de su días siempre presumió de "sifrino", pese a las penurias que vivió en su infancia y juventud al tener a su padre preso (por motivos políticos) y tener que trabajar su madre como "mujer de servicio". Él - que sí podía - prefirio "echárselas" de rico y no de pobre luego de heredar el favor popular ganado a sangre y fuego por Ezequiel Zamora durante la sangrienta Guerra Federal.
Curiosamente es Guzmán y no ningún otro a quien el totalitarismo del siglo XXI decidió llevar al Panteón Nacional... para que nadie dude de la incoherencia ideológica que nos gobierna.

Salarios subversivos
Dentro de esa incoherencia, el Presidente expone a la Revolución Bonita a un nuevo ridículo al declarar que bajará los sueldos "excesivos" de los funcionarios públicos... todos ellos (los altos, por lo menos) indiscutiblemente "rojos rojitos".
Y así, mientras algunos diputados del partido Comunista se solidarizan con el gobierno considerando que sus sueldos -repentinamente- les parecen exagerados, la presidentea de la Asamblea Nacional defiende los "salarios justos", dignos de la majestad de los cargos: la línea de reducir los sueldos no tiene, pues, muchos afectos.
La idea, sin embargo, no pasará de reducir los bonos de estos funcionarios de 20 meses a 10 (que, aún así, resultan obsenos) para dar muestras de solidaridad con los que ganan menos y "exigirle" a los sindicatos "abusivos" de las industrias Básicas y PDVSA que se "sacrifiquen" por la Patria y la Revolución... pese a que ninguno de estos obreros gana (con todo y beneficios) ni la décima parte que los altos funcionarios del Estado, contratistas cubanos, argentinos y rusos... y demás mantenidos de la burocracia oficial.
La idea, de nuevo, es hacer de la crisis una oportunidad para consolidar al régimen a punta de espejitos, esta vez decretando la democratización (sólo en papel) de la miseria: ya no sólo ser rico es malo sino que, además, pretender ganar más de Bs. 3500 es fascista, capitalista, subversivo pero, sobre todo, golpista... Todo en un intento, casi desesperado, por que la culpa del despilfarro de la renta petrolera terminé siendo la culpa de cualquiera menos de los que se boncharon los reales: de los empresarios que todavía producen; del capitalismo porque hizo crisis y "saboteó" la economía venezolana; de los sindicalistas, de los médicos que no se han ido del país, de los obreros que quieren tener una vida decente y hasta de los relámpagos del Catatumbo pues, ¡faltaba más!, como todo lo del Zulia no pueden ser inocentes sino secesionistas y alzados.
De nada vale decirle al Presidente que los sueldos decentes no hacen daño y que todos sus funcionarios tienen más de un lustro viviendo en las zonas pudientes de las grandes ciudades, como lo ha señalado en el caso de Caracas el gobernador de Miranda quien, como antiguo alcalde de Baruta, tenía a buena parte de estos funcionarios como contribuyentes... morosos, además, con su derecho de frente.
No, como con el paquete, reconocer la verdad es declarar su fracaso: la reducción del sueldo supone que compren en Rori, Graffitti y se pongan a dieta... para disimular el kilo por año que hasta el presidente Chávez ha ganado a fuerza de "escasez" revolucionaria. Paja...

¿De qué color es tu sindicato?
Y, justo cuando parecía que el lobo del socialismo "rojo rojito" finalmente iba a hacerse presente, el presidente divide a sus propios sindicatos al declararlos, de antemano, culpables de la pelazón que viene y de la ruina actual de las empresas. Con lágrimas en los ojos, los contratados de SIDOR descubrieron que el votar SI por la enmienda no es suficiente para ser considerado un buen revolucionario: hay que seguir siendo contratrados, con menos sueldo y pasar hambre y penurias... O atenerse a las consecuencias.
El resultado ha sido sorpresivo e inesperado: si bien la conflictividad sindical nada que baja, y en las empresas privadas la gente de Recursos Humanos sigue preguntando "¿de qué color es el sindicato?" para saber cuánto riesgo corre de que le secuestren la fábrica, lo cierto es que - como al comienzo de esta larga década - el moviemiento sindical se une de nuevo al descubrir que el patrono Estado-Socialista es casi peor que los demás porque tiene toda la fuerza del gobierno y del Estado para mentir, acorralar, sobornar y reprimir, contando con "gas del bueno" y plan de machete para quienes no agarran la seña.
La respuesta (porque, en este país, pese a todo, siempre hay gente que da respuesta) ha sido un movimiento de Unidad que recoge a "rojos rojitos" con los demás, para mantener la hidalguía de las contrataciones colectivas y la libertad de asociación. Con la consigna de que no son golpistas sino sindicalistas intentan que el Gobierno/Estado haga buena su vocación "socialista" y le de mayor poder a los trabajadores que a las mafias burocráticas. Pura ilusión...
Como el Boves de Herrera y sin que nadie entienda si es a propósito, el presidente Chávez se genera un peligroso enemigo en lo que parecía su mejor momento porque no demorará mucho en darse el fenómeno de que los "suyos" se den cuenta de que los "otros" nos son golpistas, que el Gobierno es el fascista y que el "socialismo del siglo XXI" no va a pasar de ser (en 20 años) más que un error tipográfico en los libros de historia de nuestros niños, condenado como está al fracaso como sus primos los socio-comunismos maxistas-leninistas-maoistas-fidelistas del siglo XX.
Solidaridad Sindical recuerda al sindicato Solidaridad que, en Polonia, derrotó democráticamente al régimen soviético y le valió a su líder, Lech Walesa, la presidencia de la República y un Premio Nobel.
No sorprende, para nada, que Walesa sea considerado persona no grata por los más altos funcionarios de este gobierno: pondría éste en evidencia que ningún sociocomunismo es posible con sindicatos libres y que las oligarquías totalitarias no son mejores que las neoliberales aunque, en general, suelen ser más mafiosas ... y eso ya se nota.
Walesa fue elogiado por Chávez cuando todavía no era Cuba el Paraíso que pensaba darnos. Pero, quienes eligieron el nombre de Solidaridad Sindical para el movimietno unitario, decretaron su no regreso a estas tierras hasta la nueva liberación.
Pues, ciertamente, Chávez es un Perón sin obreros y puede que se la siga echando de pobre, pero jamás de pendejo.


*Esta conferencia está recogida en el libro El País en el Espejo de su Literatura de la Fundacion Francisco Herrera Luque


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