lunes, 25 de mayo de 2009

Recontrainteligencia
















ELIBETH EDUARDO


Recuerdo perfectamente que una de las cosas por las que no me gustaba el Super Agente 86 era porque no me cabía en la cabeza que nadie contratada (ni como espía ni como nada) a un ser tan absolutamente torpe y estúpido.
¿Qué clase de agencia de espionaje o inteligencia estaría llena de tontos? En mi opinión, semejante posibilidad era una absoluta ridiculez.
Sólo al llegar a la universidad y "descubrir" la "inteligencia militar" me di cuenta de que el atontado Smart (nombre colocado expresamente para que la contradicción resultara más notable) era el extremo de un prototipo que no solo ha coincidido por lo que he creído de la CIA por mucho tiempo sino que, además, parece también estar en la mente de mucha más gente: "Austin Powers" y "Quémese después de leído" de los hermanos Cohen revelan que algunos en el mundo nos negamos a comprar las leyendas míticas alrededor de los cuerpos de espionaje o, más bien, de inteligencia... como en realidad se denominan las casas de “agentes especiales”.

Sopa de espías

Debo agradecerle a la universidad "revelarme" la literatura pero, especialmente, el cine de espionaje. Así, descubrí que hacia mal al rechazar al James Bond de Sean Connery por creer que representaba a la CIA pues el al igual que mi adorado caballero elegante, Sir Michael Kane, eran absolutos servidores del MI5... o el MI6, sin que me quedara nunca muy claro si el segundo era la versión mejorada del primero.

Esta duda me acompaña hasta el día de hoy pues, en aquel entonces, nunca me atreví a preguntarle a mis compañeros de universidad "marxistas y revolucionarios" que parecían muy conocedores del tema e intentaban incansablemente convertirme ideológicamente y seducirme... o viceversa.
En general, ninguno de ellos logró ni lo uno ni lo otro y, si bien mi opinión de la CIA comenzó a ser pésima, no fue porque les creyera: como con el Super Agente 86, me parecía que ninguna agencia de espionaje de verdad verdad podía haber promovido tantos golpes y revoluciones (si es que lo habían hecho) y, además, haber permitido que se supiera. Creer que hacían propaganda de tanta ilegalidad me mataba de la risa.
Finalmente, el saber que, frente a la caída del Muro de Berlin, la CIA estadounidense confesaba que le había dado importancia a los hechos que lo iniciaron DOS horas más tarde, es decir, después que el muro había caído, me permitió concluir que, a diferencia de la temible y nunca bien ponderada GESTAPO, la leyenda de la CIA tenía mucho de fiasco.
No obstante, puse límites a mi escepticismo: admire las películas de espías ingleses; creo firmemente en el talento (vengativo y rencoroso) del Mozad y compré, finalmente, que la inteligencia cubana era la mejor de Hispanoamérica. Nunca supe cual era su hazaña pues contener a la CIA no me bastaba, pero el férreo control del estado cubano hacia pensar que habían aprendido bien las represivas lecciones estalinistas de la KGB...

G2, Sala Situacional y el Aissami
Y, así, llegamos a la aplicación de la cartilla geobbeliana-stalinista-fidelista en esta tierra de gracia: basta con escuchar al ministro Giordani hablar del Eje Apure-Orinoco o alegrarse por un crecimiento de 0,3 puntos del PIB; o, quizás, al ministro Alí Rodríguez hablar de una plan de vivienda para reactivar la economía cuando el gobierno ha logrado que sean escasos los insumos para la construcción luego de la confiscación de SIDOR y las cementeras, para que resulte perfectamente creíble que la "Sala Situacional" de Miraflores cuenta con talentos que no están ni en el gabinete ni en el partido de gobierno.
No obstante, siento desde hace mucho las dudas que, en su momento, me permitieron renegar de la CIA: ¿puede un servicio de inteligencia (aunque sea muy malo) permitir que un ministro de la Defensa de una rueda de prensa porque a los cuarteles mandan pantaletas y salga en cámara “armado” con las “pruebas” del “atentado” en la mano? Lo siento: no puedo creerlo.
Entiendo que hasta la agencia del super agente 86 y el rey del “Rugido de Ratón” quisieran cerrar a la RCTV de inmensa penetración en los sectores populares pero, ¿por qué recomendaría nadie cerrar un canal como Globovisión que en la gran mayoría de los casos es visto por cable… así que el cierre de la señal no le tumba ni un aviso y que, más bien, le hace favores al gobierno? Después de todo, el mundo que pinta el 33 (como el de VTV) no existe del todo, propicia la inmigración (por dejarnos sin alternativa ni sosiego) y mantiene la imagen democrática que tanto anhela el presidente pues la virulencia de su crítica es indiscutible. La reciente reacción de la ONU, OEA y el Presidente Consorte de Argentina indican que “parecer” un mandatario democrático, debido a la crisis que el gobierno no puede negar, es algo que necesita cada vez más.
El mejor ejemplo, sin embargo, de que la Sala Situacional no alcanza su propia fama lo han dado Rosales y la rectora García Arocha frente al ministro que la CIA cree que representa a Al Qaeda: el primero se le fugo sin dejar huella (ya antes había hecho lo mismo su archienemigo de universidad, Nixon Moreno) y la segunda lo dejó como un pendejo balbuceante cuando le señaló que los destrozos de los que la hizo responsable se cometieron, en buena parte, en una vía pública por gente que ningún cuerpo de seguridad tuvo la delicadeza de detener. Además todo ocurrió en la ausencia de ella... lejos de la marcha que él (el ministrito) había vaticinado como violenta y en los espacios internos de la casa que vence las sombras que ella, particularmente, no tiene porque joder. Si no le dijo "zoquete" fue porque el donaire que le sobra a ella le queda mejor que las bolas a él.

Batalla anti inteligencia
Si poco duda quedaba de que o el Presidente no oye a sus asesores o lo están malaconsejando ha ocurrido esta semana: expulsar a Vivancos fue una torpeza… pero decirle ignorante y analfabeta a un escritor cuyo primer gran premio se lo dio este país y que ha estado varias veces candidateado para el Nobel de Literatura, es un consejo que nadie tarado (menos aún "inteligente) ha podido dar.
De hecho, para contrarrestar la torpeza no le se le ocurrión nada mejor a nuestro aprendiz de tirano (y a sus asesores de recontra-archi-inteligencia) que “autosuicidarse”: puede que no logre una gran manifestación al cerrar Globovisión, pero transformar el “Aló, Presidente” en The Truman’s Show, ha podido ser el gran triunfo de las cableras que tanto quiere arrinconar. Eso en primer lugar. Luego reta al conjunto de visitantes a un debate para sacarse de entre pecho y espalda el lapidario diagnóstico que todos (especialmente Vargas Llosa y Krause han hecho) para terminar "delegando" el encuentro en los "intelectuales" que habían invitado como cumbre paralela pues, al igual que la Rectora Gacía Arocha, los invitados de CEDICE pusieron como condición que sacaran el ventajismo de las "barras bravas" de la ecuación. En otras palabras, el Presidente arrugó...a su propio desafío.
Debo reconocer que eso me parece bien... pues Vargas Llosa, que si fue un hombre de izquierda de verdad y que conoce a fondo el régimen cubano, seguramente lo habría revolcado en forma poco gloriosa. No obstante, no ha necesidad de que quedara en evidencia tan feamente como el bocón que es. ¿Soy yo o esto parece mucho más que un simple "pelón"?
Todo esto me ha hecho llegar a la conclusión que, quizás, cuando Cuba esté liberada (y nosotros también) podamos hacer la versión cubano-venezolana de “Quémese después de leer” con los errores antológicos de una cuartilla desarrollada para el siglo XIX y que lleva todas las de perder (digan los chinos lo que digan) en el siglo XXI: el siglo de la internet.
Pareciera que el estalinismo ortodoxo y el fidelismo salvaje hacen "menos inteligente" al G2 de lo que debería frente a situaciones que ni conoce ni entiende como la libertad de expresión, el discurso académico e intelectual de altura y la dignidad de una patria de Libertadores que no rehuye ni la protesta ni la defensa de sus derechos.
Inteligencia cubana, al igual que la militar está por convertirse, para mí, en otro oximoron… o quizás, en un nuevo homenaje a Maxwell Smart.

Enviado desde mi dispositivo movil BlackBerry® de Digitel.

No hay comentarios: