domingo, 1 de marzo de 2015

LA PALABRA CON "T"


"Por más poderoso que sea un dictador, solo es un hombre. No tengáis miedo".
- San Juan Pablo II                    
                         
                                                                  ELIBETH EDUARDO                        .                                                                 @ely_e

"¿Dónde están mis amistades... mis amigos, ahora que soy pobre?". Éste era el estribillo de una canción que estaba de moda en mis primeros días de universidad de cuyo nombre y el de su cantante no logro acordarme.
No importa. Igual ha estado martillando en mi mente toda la semana. Quizás porque me parece que detrás de todas las atrocidades con que el gobierno intenta desmoralizarnos hay, además, una sorpresa atónita ante el rechazo en voz alta que hacen de sus acciones personas y gobiernos que hasta hace muy poco fueron sus grandes amigos. Hermanos inclusive.
No es para menos. Un gobierno que es el deleite de la prensa española, argentina y brasileña por la cantidad de miles de millones de dólares que dejó a su paso en la compra de matrices de opinión, gobiernos y personas debe vivir como una pesadilla que, justo ahora que los dólares se acabaron, sus "aliados" descubran que el emperador esta desnudo. En harapos más bien.
Claro que, de vez en cuando, Rafael Correa masculla alguna justificación de por qué dispararle a manifestaciones con armas letales - el decreto "Padrino" - no va en contra de TODOS los preceptos de la ONU sobre los derechos humanos; Evo sigue diciendo (a grito herido) que Nico es un pobre presidente acosado por una conflagración internacional y uno que otro eurodiputado podrá al día su hipoteca luego de recibir algunos favores a cambio de pedir (jamás lograr) un masivo y contundente respaldo al gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
O sea...

ERROR SE ESCRIBE CON "L". Con Cristina y Dilma ocupadas atendiendo sus propios escándalos, lo mejor que pueden hacer es no nombrar a Nico para que no salgan a la luz (de nuevo) todos los escándalos que conducen a las listas de funcionarios con cuentas mil millonarias en dólares que el gobierno se ha esforzado tanto por que la gente olvide.
No obstante, la golpeada imagen de la presidencia de Venezuela y nuestra muy torpe canciller echan de menos la elocuencia y prestigio de estos respaldos, especialmente, cuando todo el mundo parece haber enloquecido defendiendo a quien para el gobierno era apenas un fósil insepulto, un accidente en el mundo casi perfecto de la revolución: el "Major" de Caracas, Antonio Ledezma.
Es en estas ocasiones donde siempre encuentro la racionalidad de la inteligencia cubana... y su falta de cultura democrática: sí, Ledezma puede cargar el sambenito de "adeco", aunque tenga su propio partido. Si: es alguien a quien ya habían jodido cuando le "vaciaron" las competencias a su cargo y, si, ciertamente, no es el líder de esta generación como parecen serlo Henrique Capriles y Leopoldo López, o viceversa, según a quien se le pregunte.
Ciertamente, parecía menos "riesgoso" encarcelar a Ledezma que a Mari Cori... a quien ya han pateado en tres idiomas y, ciertamente, era mucho más fácil que "despojar" a Julio Borges de su condición de diputado. La elección, por tanto, parecía obvia por menos mala y fácil en un momento en que urgía un nuevo preso que "compitiera" con López y le quitara atención a éste cuando "celebraba" en los medios digitales e internacionales un año de encarcelamiento.
Entonces, ¿por qué el país y el mundo reaccionan cómo si el gobierno hubiese cruzado la rayita esa que dice "rompa hasta aquí"?
Porque, de alguna forma lo hizo. La detención de Ledezma, al igual que las de los alcaldes de San Cristóbal y San Diego y la "extraña" destitución de la de Guasdualito son golpes de Estado. Eso no se ve bien en el CV de un gobierno "democrático" que pide ser respetado y defendido cómo tal.
Pero, además, olvidar que luego de la presidencia de la república ningún otro cargo en el país es votado por más personas que la alcaldía Mayor da a los observadores foráneos la impresión de que el gobierno ataca a un poderoso rival opositor y lo convierte en mártir.
Por supuesto no era la intención elevar a "presidenciable" a un personaje que, para muchos, no tenía ese peso.
Quizás sea casualidad pero al parecer, los errores políticos del gobierno se escriben con "L"... de Leopoldo López y, ahora, de Ledezma.

LA TRAICIÓN ESPAÑOLA. Con o sin intención, el gobierno ha logrado que el nido de amigos español (el partido liderado por Monedero) tenga la ocasión de demostrar que los petrodólares recibidos no eran para comprar su conciencia o - mucho menos - independencia al declarar que "no aprueban el encarcelamiento de alcaldes electos por el pueblo en elecciones limpias"... con lo cual esperemos que Ledezma sea el último. Eso en lo que alcaldes presos se refiere.
Porque la excusa de las "guerras" está puesta sobre la mesa y el silenciado asesinato a manos de colectivos de dos estudiantes en Catia por ser "opositores es - más que el disparo a quemarropa de un PNB sobre un liceísta de 14 años en Táchira - una muestra de que, en Venezuela, no tenemos niebla que esconda a los gorilas... así que Podemos tendrá (si las quiere) demasiadas oportunidades para redimirse.

LAS MALAS PALABRAS. Dos hechos marcan lo terrible del momento: las declaraciones del presidente uruguayo en las que "alerta" sobre la "posibilidad" de un golpe de militares de "izquierda".... y la incapacidad del presidente de la república de pronunciar las palabra "transición", que haría las delicias de cualquier psicoanalista. De los freudianos.
Ambos hechos, ocurridos con una semana de diferencia, evidencian que la presidencia de la república no teme al vuelo de un solitario Tucano ni a un imaginario desembarco de marinees en Puerto Maya, Cata, Palya Colorada  y/o Puerto Francés.‎
No. El enemigo está dentro. Y el presidente sabe que "transición" es una mala palabra en progreso que se escribe con las mismas letras que las elecciones parlamentarias. 
Se escribe con "d"... de derrota y por eso apura el paso acusando a la oposición, a quienes hacen cola para comprar pañales, a los estudiantes y hasta a los scouts... pues todos ellos están esperando que no se le ocurra suspender ni retrasar los comicios.
Detener a Ledezma es patear la mesa y decirle al país disidente que los votos no importan. Solo las botas. Permitir que los colectivos secuestren y asesinen es declarar la guerra a muerte a la oposición... esperando que el miedo alcance para que la abstención en ese bando supere a la que se espera en el chavismo, que ya no tiene forma de lograr una marcha que desborde ninguna avenida.
El peligro más grande que tiene el país es que Pepe Mujica tenga razón y que la "transición" que está en marcha sea secuestrada por militares: los mismo que se han apoderado del gobierno. Son los que no llamarían a elecciones, por consejo de Fidel... 
Una razón más para esgrimir otra mala palabra: RESISTENCIA, convenciendo a quienes han comprado las mentiras de G2 de que "la salida" es votar: salir a la calle a conseguir y defender los votos, demostrando que el gobierno ya no sólo es impresentable. También es ilegítimo. Indefendible.
Y que Dios nos ayude...


Enviado desde mi smartphone BlackBerry 10.

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