domingo, 10 de junio de 2012

VOLVER AL FUTURO

ELIBETH EDUARDO

Sin importar que la inscripción de la candidatura del actual Presidente sea digna del Oscar a los Efectos Visuales (especiales) del año, este domingo 10 el país recordó las grandes manifestaciones que sacaron - brevemente - del poder al Voldemort en el 2002.
Quienes hablan de la "apatía" y la "pasividad", la "tolerancia" de los venezolanos de cara a procesos como el de los "Indignados" olvidan que el pais vivió desde marchas imponentes hasta "guarimbas", pasando por un mes de paro nacional parcial, mucho antes de que el primer mundo descubriera que la felicidad podía no ser un bien adquirido para todos ellos. Que podía no ser total. Ni eterna.
Pero, dejemos de lado a los "indignados" de la misma manera que el mundo ignoró las angustias de la mitad de los venezolanos en el 2002..
Durante la pasada semana una pregunta se movía de grupo en grupo por toda Caracas: "tú vas?" o "De dónde sales tú?". Familias se pasaban pines y mensaje de convocatoria, negociaban puntos de encuentros y se repartían la dotación de agua y refrescos... Hasta los más escépticos tuvimos la impresión de que el slogan calaba y "algo bueno" estaba pasando.

ESOS 10 MILLONES QUE TODOS SOÑAMOS
Y, si bien todos esos preparativos apuntaban hacia una convocatoria exitosa, la manifestación del 10J superó, ampliamente, los sueños de los más optimistas. Fue estremecedora.
Por un instante, los 10 millones de votos parecieron ser una posibilidad más cercana para la oposición que para el gobierno, mas allá de los (justificados) miedos de Carlos Blanco (@calorbalncog) de que se reconozca el triunfo electoral.
Fijaré, en este punto, la que ha sido mi posición siempre: no es fácil esconder un millón de votos. Ni quinientos. Inclusive 100 mil.
Con mucha arre... despecho, Voldemort calificó como "victoria de mierda" el triunfo en la Reforma Constitucional... y todavía quedó como un 15 por ciento de actas sin escrutar por lo que hay que presumir que eso es el mínimo que estaban dispuestos a reconocer. No más.
Ganar apretado es casi perder... porque el gobierno es totalitario, se cree ungido de una misión celestial por su carácter "revolucionario" y, además (como ha demostrado cientos de veces) es mal perdedor.
Por eso no basta sacar la mayor cantidad de votos posibles (elemento esencial para ganar): hay que tener testigos en la mayor cantidad de mesas posibles y estar dispuesto a estar en la calle hasta que el triunfo se reconozca. El modelo de Ucrania que desvela al gobierno tiene que estar en nuestro imaginario... por más que este domingo pareciera, oliera... se sintiera como un triunfo.

LA PESADILLA DE LAS ENCUESTADORAS
Pero, por una tarde, se es rico vivir un primer triunfo: que las concentraciones y marchas sean noticias de abrir en CNN y BBC, que el gobierno invente que las marchas eran un maratón pro-ambiente. Que le toque responder. Que se coloque a la defensiva.
Mientras tanto, será interesante ver como los analistas y encuestadores gubernamentales hacen lectura de lo ocurrido: los primeros, sin duda, dirán que no ocurrió y que todo es un montaje. Los segundos, más elaborados, encontrarán "bases" demográficas para señalar que la manifestación, aunque grande, fue absolutamente irrelevante. Lógica e inofensiva.
Impresionante pero poco representativa.
Es decir, infinitamente menos importante que los 3 millones de followers en Twitter de Chávez.
Whatever. Algo bueno está pasando y, ahora, más que nunca el "el Tú y 2+" de quienes votamos en las primarias pareciera sufiente para cambiar el estado actual de cosas y salir del camino que nos lleva a la (superada) Guerra Fría y al caos que elegimos como colectivo - lamentablemente - hace 14 años.
El 7 de octubre podremos recuperar el sueño de ser un país mejor. Volver al camino que, por cierto, no sólo tiene obstáculo sino, también, destino.
Regresar a la realidad real mientras salimos de la fantasía revolucionaria. Volver al futuro.
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