domingo, 4 de diciembre de 2016

DESPUÉS DEL FUNERAL


"¿Cuántas errores hay que cometer para que llegue un psicópata al poder?" Dominic Cooke,The Hollow Crown.

Elibeth Eduardo | @ely_e

No: la pregunta de arriba NO está referida al ahora difunto Fidel Castro.

Y es que el líder de la revolución cubana (así, en minúscula) fue tan narcisista, megalómano y egocéntrico como cualquier político del tipo alfa. Es decir, un político normal.

Ahora bien, cabe preguntarle a los defensores de Castro & Co.: ¿puede ser "normal" que alguien gobierne 40 años un país sin admitir ni siquiera vacaciones?

¿No hay una categoría patológica para quienes permanecen aferrados al poder pese haber llevado a su pueblo a la esclavitud política?

¿No es un psicópata quien se niega a renunciar a sabiendas de que su permanencia sólo traerá más hambre y degradación?

Más aún: ¿quien "entrega" el poder para pretender seguir gobernando desde un periódico?
Sea o no cierto que la fortuna que le hereda Castro a sus descendientes se cuenta en millardos de dólares: ¿vamos a "absolverlo" pensando en que – simplemente – tenía alguna "enfermedad mental"?

El PODER DE LA PALABRA. Hay una verdad casi científica que sólo recuerdo haberle oído a mi madre: si alguien se sienta en la Plaza Brión de Chacaíto a repartir cheques (sin fondo) de Bs. 50.000.000 podemos decir – sin lugar a dudas – que está totalmente loco.

Chavez-y-Gaddafi.jpgPero, a diferencia de los orates temibles como Hitler, Calígula, Nerón, Pol Pot y cualquier serial killer, el señor de los cheques no le hace daño a nadie… salvo que haya alguien tan perdido como él que quiera cobrar la plata.

Todos los mencionados están mal de la cabeza. Pero solo el de Chacaíto quiere ayudar a otros y no faltará quien le agradezca con una sonrisa.

No: la locura no es excusa para dañar a otros. Ni siquiera esa locura colectiva e institucionalizada que llaman "ideología", la cual tiene el descaro de llamar a los tiranos de derecha "dictadores" mientras que los de izquierda son "líderes revolucionarios".

El siglo XX a lo largo y ancho, así como lo que va del XXI ha dejado claro que no hay unas tiranías buenas mientras otras son malas y que los fulanos legados no son más que "narrativa": historias más o menos bellamente contadas que no alcanzan para tapar la desnutrición y la miseria.

El poder de la palabra revolución puede que todavía troque a un dictador en "comandante eterno" pero no alcanza para transformarlo en un gobernante exitoso.

INJUSTICIA. A diferencia de la muerte de Voldemort en Venezuela, el cortejo del dictador tiene mucho de precaución: ningún cubano en la isla se arriesgará a saber qué les pasa a los que NO van a mostrar sus respetos, firmar el compromiso revolucionario o llorar.

Y no hay quien deje de hacerlo como una declaración porque todos los activistas fueron detenidos en lo que la muerte fue oficial. Raúl solo acepta las celebraciones por la partida de Fidel en Florida… y eso porque (aunque quiera) no puede evitarlas.

Mientras, otro 6D se aproxima y el gobierno debe encarar que la oposición los denuncie como dictadura maula delante de los facilitadores y el enviado del Vaticano. Y con razón: todas las acciones oficiales van en contra de los acuerdos. Sin excepción.

Pero, como cosa curiosa, los señalamiento parecieran no molestar tanto a Maduro como al diputado Cabello. Esa es una diferencia notable de nuestros líderes gobernantes que los distingue de sus similares nigerianos, por pensar en otra nación petrolera militarizada: a los dueños de Lagos no les importa que los llamen dictadores.

Tampoco piden el respeto de Obama, de la ONU ni les interesa presidir el equivalente africano de Mercosur. No: ellos están claros en que su ejercicio de poder carece de legitimidad y se asumen como la "mafia mandante" que son. Los nuestros – como los capos sicilianos – quieren echárselas de honorables y que los dejen entrar en Disneylandia.

Pero, en algo tienen razón: Fidel gobernó 50 años y ellos también perpetran una revolución.
¿Por qué entonces el mundo se empeña en hacer justicia SÓLO con ellos? Después de todo, más que los dinosaurios de Cuba, es el régimen venezolano el verdadero "legado" de Fidel.

¿La historia los absolverá? En Venezuela, jamás.

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Elibeth Eduardo
@ely_e / @Mujerd3palabra
04129264929
http://mujerdepalabra.wordpress.com

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