martes, 17 de julio de 2018

LA OPEP BIEN VALE UNA MISA


"A veces la gente mira al cielo no porque crea en Dios sino porque busca a Superman", Homero Simpson.

Elibeth Eduardo | @ely_e

Considerado junto con el Rey Sol como "modelo" para los monárquicos franceses (sí, todavía quedan), ni siquiera la "pérdida" de la cabeza de su cadáver hasta 1919 impidió que Enrique IV de Francia y III de Navarra sea más recordado por su "oportunismo político" que por el amor que llegó a conquistar entre los más pobres de su pueblo.
La apócrifa frase que sus biógrafos siguen negando encuentra validación en que, al haberse convertidos DOS veces al catolicismo para acceder al trono de Francia, nadie parece dudar de que el marido de Margarita de Valois y de (humildemente) María de Medici pudo haber hecho la socarrona afirmación.
De seguro, François Raivallac lo creía cuando le causó un "despecho" mortal a punta de puñaladas el 14 de mayo de 1610.
Con todo, este Rey tenía más chance de recibir un milagro católico, apostólico y romano con todas las de la ley del que tiene la nomenklatura socialista, marxista, leninista y militarista venezolana de obtener un favor a través de cualquier rito.
Aunque naden en una piscina de agua bendita.

VULCANO Y LUCIFER. Y es que no cabe duda de que, en vista del marcado ateísmo de nuestros gobernantes, recurrirán a cualquier rito en distintos idiomas para resucitar a la gallina de los huevos de oro que, aparentemente, no saben que el Galáctico se comió en un chupe en el 2002. Anno Domini.
Entierros paleros, peticiones yorubas, purificaciones musulmanas, invocaciones a Vulcano y hasta ritos satánicos podrían ocurrir en los próximos meses si el "excremento del diablo" no brota a borbotones de los campos, estén o no en la Faja del Orinoco.
Todo ello obvia un detalle básico de cualquier petición al altísimo: quien pide espera misericordia.
De allí que podemos estar seguros de que la oración del General Quevedo será oída más no respondida porque, como le decía la monja recién ordenada de "Monseñor" a su amante, el obispo Flaherty luego de descubrir quién era:

– ¿Crees que Dios va a desperdiciar un milagro en nosotros?

No hace falta hablar de la respuesta. No obstante, vale la pena recordar: el que Dios (cualquier dios) responda a una plegaria es YA – de suyo – un milagro.
Lo que pide Quevedo, por tanto, es un rosario de portentos y bendiciones.

POPULE MEUS. La urgencia, sin embargo, no luce lógica: de momento el petróleo producido no sale del país por no darle el gusto a Conoco de que se cobre los dos meses de producción que le autorizaron a embargarnos.
Así que los tanques de almacenamiento están llenos y la única razón por la que no se están cerrando pozos debido a que no hay más espacio para almacenar es que la debacle ya los había cerrado.
El problema está en que la soledad es mala para las fotos y los únicos socios que parecen dispuestos a que el gobierno obtenga alguna platica del oro y otros minerales son los panas de la OPEP pues China y Rusia sólo invierten si de esa manera pueden recuperar el 150% de sus préstamos en los próximos 18 meses. Máximo.
Demostrarle a la OPEP que Venezuela puede seguir formando parte del club de reyes, autócratas y dictadores más antiguo del mundo es fundamental para tener mejores lugares para escoger a la hora del exilio. Haití, las estepas rusas y Varadero no parecen suficiente.
Así que la demanda de actos divinos poco tiene que ver con remediar las penurias de los enfermos crónicos, renales, de cáncer o hemofílicos debido a la falta de divisas para sus medicinas y tratamientos.

A DIOS ROGANDO. No. Es el frío cálculo de la propia sobrevivencia la que determina esta sorpresiva devoción, motivada por la necesidad desesperada de no achicar la tajada de los militares.
Quizás eso explique que el número de ascendidos al Alto Mando sea el menor del periodo chavista mejor que la mítica intentona Armagedón y casi tanto como la diáspora en desbandada que desmantela los cuarteles.
No dudo que pronto veremos una arenga "a lo Fidel" multiplicada por todos los miembros parlantes del Poliburó (la Primera Combatiente es como la H) pidiéndonos que unamos las manos para que llueva y se llenen los embalses; aumente la producción de petróleo; y se puedan redirigir los relámpagos del Catatumbo para electrificar a Maracaibo.
Claro, el gobierno deberá ampliar el espectro de dioses a quienes le pide: el catolicismo – para cualquier cosa – demanda culpa. Contrición.
Y la verdad es que ni los socios musulmanes tienen sentido del humor, ni se supone que los verdugos pidan clemencia.
Es claro que la OPEP – como París – bien vale una misa; el Cuartel de la montaña no está en Sorte y el Galáctico es eterno… pero no hace milagros.

Enviado desde mi smartphone BlackBerry 10.

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