lunes, 25 de junio de 2018

EL MALQUERIDO

"Yo, yo, yo, yo sé que solito estaré / cuando me muera/ yo soy un hombre incomprendido / ni tú ni nadie me han querido/ tal como soy", Ismael Rivera: El Incomprendido.

Elibeth Eduardo | @ely_e

Era el año 1.989: el primero de enero la guerrilla que había hurtado tanques para sitiar el Palacio de Justicia, el M-19, había entregado sus armas. Pacíficamente.
En noviembre, una cadena de errores políticos y comunicacionales derrumbaría el símbolo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El muro de Berlín se vino abajo sin un solo tiro para tumbarlo. O defenderlo.
Pero, el 27 y 28 de febrero, Venezuela sería sacudida en lo más profundo de su autoimagen cuando "bajaron los cerros". Después del "Caracazo" el país no volvió a ser el mismo.
Días antes, en la Escuela de Comunicación Social de la UCV militantes de izquierda sólo querían escabullirse en el Hilton para ver al líder cubano que venía a la re – toma de posesión de Carlos Andrés Pérez.
La prensa mundial resaltaba el número de mandatarios asistentes y yo (ni izquierdista ni fan de Fidel) me di por servida al ver pasar seis presidentes incluyendo a Alan García quien tenía un aura de carisma deslumbrante.
Un silencio rotundo y repentino marcó su aparición: todas las conversaciones en las que intervenían mujeres se apagaron hasta que desapareció por la puerta. ¿Guapo? No sé. Pero inolvidable, sin duda.
360 GRADOS. Casi veinte años después, fue una Cumbre de las América en Lima la que generó titulares globales.
Aunque Cuba fue reincorporado en 2.015, Fidel no estuvo para ser (de nuevo) la estrella. Tampoco Voldemort, su discípulo más aventajado. La noticia era la exclusión del heredero de ambos.
Además, luego de pasar semanas vociferando por la afrenta y asegurar que llegaría para reunirse con los pueblos "como fuera", Maduro arrugó.
Sabía que no es Fidel. Tampoco un héroe: no quiso arriesgarse a que el gobierno peruano usara su aprehensión con la Interpol para tapar la renuncia de su propio presidente.
No. Pese a su corpulencia y estatura, prefirió pasar agachado y dejar a la diáspora venezolana con las ganas de gritarle "Tirano" o "Asesino" en sus cachetes.
Ni sus aliados lo querían allí a sabiendas de que sólo una semana después oficializaría lo que ya aseguraba el Grupo de Lima: que es un dictador,indigno de estar con los mandatarios legítimos de la región… Y Daniel Ortega.
Y es que los dos (el nica y el Nico) siguen los pasos totalitarios de Castro.
DÍAS DE GLORIA. Pero allí terminan las semejanzas. La Cumbre de las Américas es posterior a la caída de la URSS. Ergo, suceden al mundo que hizo de Fidel, Carlos "El Chacal" y el Che Guevara figuras míticas de la izquierda.
También sobreviven a los días en que el Comandante Galáctico repartía la riqueza petrolera venezolana en nombre de la última esperanza revolucionaria: el Socialismo del Siglo XXI.
Hoy, con PDVSA incapaz de exportar y hasta de producir petróleo, el heredero carece de los fondos y el carisma para que su nombre se sume al de Allende, los hermanos Castro o el innombrable de Sabaneta.
No, ahora que las naciones europeas fiduciaria de Fidel rechazan su juramentación como presidente, Maduro debe asumir que pasará a la historia junto a Pinochet, Mugabe y el "último rey de Escocia".
Pero es improbable que alguien le haga una película: será una figura oscura, de fondo en la historia épica del opositor que lo suceda. Sea quien sea.
Después de todo, gracias a su ruta a la primera hiperinflación "electrónica" en la historia de la Humanidad ya ha superado los errores heredados del Galáctico: hay TODO un desastre humanitario lleva su nombre. En mayúscula.
Del otro lado, quienes reclaman un líder para desplazar al régimen olvidan uno de los más meritorios gobiernos de la República Civil: el de Ramón J. Velásquez, quien no era visto como tal pero nos acercó visiblemente al país que soñamos. Poco apreciado y vilipendiado durante su gestión, Velásquez murió con la honra de haberle dado solvencia a la República en uno de sus momentos más oscuros.
¿Lección? Maduro está a tiempo de dar vuelta en U. Eso no lo hará más popular pero, quizás, logre sacarlo de la lista de reyes / gobernantes malditos cuyo ingreso se está rifando.
Y tiene todos los números.

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