viernes, 18 de mayo de 2018

GILEAD O CUANDO LOS BUENOS SE EQUIVOCAN










"No dejes que los bastardos te opriman", The Handmaid"s Tale.

Elibeth Eduardo | @ely_e

"La luna sigue ahí. No la han cambiado". Esta frase es perfecta para ilustrar lo que siente alguien que ha perdido su sentido de identidad pero, sobre todo, de realidad.
Por eso su continuación ("Pensaré en la luna") es un genuino acto de resistencia: de esos que hacen falta para que no nos gane la desesperanza (ni la desesperación) en escenarios de extrema e impensable impotencia.
Tal forma de resistencia es la que relatan los ex prisioneros de la URSS, de los nazis o Vietnam. También es la visión de mundo que nos retrata la utopía negativa psicológicamente aterradora creada por Margaret Atwood.
Para nosotros (adolescentes en los 80s) el armagedón lo diseñaban los ingenieros: terminators, borgs y "divergentes"(manipulación genética) eran la tecnología del fin del mundo.
Pero la distopía teocrática que propone la autora canadiense nos recuerda que nuestra vida puede ser el infierno de otro mundo.
The Handmaid"s Tale muestra que se precisan pocas excusas para iniciar cualquier clase de exterminio… y que de buenas intenciones está empedrado el camino que conduce a los infiernos.
Aunque las piedras estén forradas en salmos.

EL ESCONDITE DEL DIABLO. Son muchos los pequeños y significativos detalles que hacen de "El Cuento de la Criada" todo un thriller.
Por ejemplo, horroriza que una nación basada en una visión occidental de la Biblia pueda superar las prácticas oscurantistas de las teocracias del Islam.
En lo personal, doy gracias a Dios por la certeza de que mi padre jamás se topó con este libro: para un hombre con cuatro hijas, Gilead es SU pesadilla.
Y es que esa nación que ocupa buena parte de lo que es Estados Unidos demuestra que ejecutar distopías totalitarias es más fácil que mejorar el mundo.
Después de todo, la humanidad tiene más práctica en oprimir y esclavizar que en salvar: todos los fundamentalismos (políticos, económicos, religiosos) que creen que SU verdad es LA verdad así lo indican.
Duele ver como gente educada, religiosa y bien intencionada hizo de sus hogares campos de concentración y anularon sus legados personales pensando que harían del mundo un lugar mejor.
¿En serio? Sí. Pero, como señala uno de los protagonistas:
"El que algo sea mejor no significa que lo es para todos".
Y allí está la tragedia de todas y cada una de las revoluciones.

DE A POQUITO. Para un venezolano que descubre esta metáfora, es doloroso constatar que el aprendizaje de la historia ha podido evitar esta desgracia.
No hay secretos: el socialismo real fracasó a ojos vista tanto en la URSS como en Cuba y China pero, además, la mayoría de los neo-autoritarismos tienen rasgos comunes.
El más triste de los mismos lo relata Atwood a través de Defred: las sociedades no se defendieron lo suficiente. Prefirieron la seguridad (y la comodidad) en lugar de la institucionalidad.
¿Por qué? Porque el siglo XX nos hizo olvidar la gran enseñanza del XIX: no hay democracia sin lo esencial de la República
Es decir, poderes públicos que se limiten unos a otros, con la ley por encima de todos y nadie por encima de ella.

Defred recuerda que nadie hizo nada cuando cerraron el Congreso luego de un atentado terrorista. Y, en ese contexto, no parecía grave que disolvieran la Corte de Justicia.
El ejército era suficiente para defenderlos de todo. Hasta que comenzó a cazar al pueblo. Para cuando la gente quiso defender el voto, los derechos a protestar, a tener bienes o un nombre propio, ya era tarde.
¿Y la comunidad internacional? Vetó, sancionó y bloqueó por delante mientras contrabandeaba por detrás. Pero con mucho bla bla bla bla.
Moraleja: renunciar a los derechos nunca es una estrategia. Siempre es un error que no salva vidas. Las quita.
La verdad es que hay demasiadas formas de equivocarse.
Después del #20M tendremos que unirnos y construir una transición que no nos permita olvidar (nunca más) que el voto es el principio, el medio y el fin de los procesos en paz.
Siempre lo será.
Enviado desde mi smartphone BlackBerry 10.

No hay comentarios: