domingo, 3 de septiembre de 2017

ENTRE LA RUINA Y LA CONSTITUYENTE

“Aceptar ayuda humanitaria sería un cambio radical en relación a cómo Venezuela se entiende a si misma”, William Burke-White.

Elibeth Eduardo | @ely_e
Durante la realización de las Jornadas de Reflexión: “Cinco siglos de Historia Irreverente, Francisco Herrera Luque: de “Los Viajeros de Indias” a “1998”, el sociólogo Mikel De Viana, s.j. hizo algo inusual: reivindicó el siglo petrolero.
No al rentismo… que es indefendible y que nos ha traído a esta ocupación extranjera noecolonial autoinflinjida que – en algún momento – se denominó Revolución Bonita.
“Si no fuera por el petróleo, Venezuela sería Haití”, repetía en su exposición el sacerdote mientras recordaba que Pancho Herrera había dejado muy claro en sus obras que un siglo de guerras civiles en el país habían sido la ruina de lo que fue una conservadoramente próspera Capitanía General.
No rica: próspera. Ni siquiera los “grandes cacao” como Simón Bolívar eran “ricos de verdad”, en comparación con otras fortunas de su época.
Los mantuanos sólo podían considerarse aristócratas ricos en Venezuela. En cualquiera otra parte eran pobres diablos arrogantes que se veían asimismos como nobles y no tenían conciencia de su escasez de recursos, educación, roce o (i)relevancia social.
LA BORRACHERA DE PETRODÓLARES. El petróleo hizo que que eso cambiara: el mundo y nosotros mismos llegamos a creer que eramos ricos aunque eso no nos hizo mucho más educados (¿tuvimos 70% de la población con nivel universitario completo? Nop) lo cual hubiese sido REALMENTE un enome progreso.
Hoy, el país que olvidó que estuvo lleno de pobres muertos de hambre y de paludismo durante casi un siglo, finalmente, ha logrado estar por debajo de Haití como el país con más pobres (por ingresos) del continente.
A esto apuntan los resultados de una consulta hecha pública hace algunos meses y que revela que el 80% de los hogares tiene problemas para atender sus necesidades alimentarias y 9 de cada 10 venezolanos perdió entre 6 y 8 kilos en 2016.
El régimen del Galáctico y su heredero lograron un milagro económico pero a la inversa: que un boom petrolero terminara en una crisis humanitaria, demostrando sin lugar a dudas que el modelo económico soviético lograría que en el Sahara escaseara la arena, como siempre ha dicho el querido Alfredo Sainz Blanco.
El chavismo logró arruinarnos más rápido que más de 60 años de dos guerras: la de Independencia y la Federal.
Así es que se gobierna.
LOS PADRES DE LA CONTRA SIFRINA. Pero aquello que machacaba Mikel De Viana sorprendía a buena parte de su audiencia que veía al petróleo como causa de la corrupción y el desorden que imperaba en la Venezuela de entonces. Del populismo y de las fallas en la institucionalidad.
Puede que eso tenga algo de cierto. Lo que sí es verdad es que en 1998 (fecha en la que la Fundación Francisco Herrera Luque realizó estas Jornadas) el país tenía una crisis de modelo de desarrollo y de imaginación en un liderazgo empresarial e intelectual cómodo y berrinchudo que no tenía idea de que sus propias acciones, críticas y decisiones harían realidad todas sus quejas muy pronto pero en modo superlativo.
Que si nos habíamos empobrecido. Que si vivíamos el peor momento de nuestra historia. Que si los gobernantes eran corruptos y no había nada que funcionara… eran los lamentos incesantes de los grupos más educados y adinerados que pedían un cambio y veían con buenas ojos a un militar golpista que parecía brindarles la oportunidad de salir del ciclo de los partidos y liderazgos tradicionales.
Tuvieron razón. Por desgracia, muchos de ellos no vivieron para ver el costo de echar por tierra la democracia imperfecta que teníamos en ese momento.
Nuestro déficit republicano (hijo de que los adecos tumbaran a Medina) no los hizo sospechar de un golpista, claramente intolerante con el régimen de partidos. Voldemort era la sombra de nuestras élites y, como en “La Historia Sin Fin”, emergió para tragarse todo lo que creímos permanente y eterno. Incluso nuestra riqueza.
Se cumplió la maldición china: “Ten cuidado con lo que quieres. Puede ser que lo consigas”.