domingo, 8 de enero de 2017

COMO SI FUERA WINSTON CHURCHILL

"Capriles: no se puede luchar por la democracia con medios no democráticos. Voy más allá: no se puede luchar por la democracia sin ser demócrata", @FernandoMiresOI.

Elibeth Eduardo | @ely_e
Durante el discurso para juramentar al Dr. Ramón J. Velásquez como el sucesor interino de Carlos Andrés Pérez, Luis Enrique Oberto hizo notar que las circunstancias históricas le habían permitido ser para la fecha - 1993 - el único venezolano que había juramentado a dos presidentes de la república.
"Por ello le doy gracias a Dios", destacó.
Sin entrar en las oscuras circunstancias que le permitieron este privilegio en el cual sólo lo ha igualado Rafael Caldera, lo que me resulta más relevante es la importancia que el senador le daba a que un hecho significativo quedara registrado en un discurso para las futuras generaciones. El que quedará registrado en la memoria colectiva.
En esto coincide Oscar Shemel, quien insiste en que la gran fortaleza del difunto comandante estuvo precisamente allí en conectar a través de la palabra. Dejar su huella - sobre todo - a través de ella.
También ha señalado que la oposición requiere de una narrativa que emocione (¿erotize?) ha seguidores tanto como quienes no lo son.
AN.jpgSIGUIENDO A HENRY. Por su parte, la querida Ana Carolina Crespo (@LaCoplera) pareciera coincidir con Shemel (muy a su pesar) cuando señala que la oposición no ha trabajado suficiente una narrativa que recoja los esfuerzos que hace el país para sobrevivir en forma exitosa y resilente a esta tragedia colectiva que alguna vez se conoció como la "Revolución Bonita".
El año que recién dejamos atrás fue rico en demostraciones heroicas por parte del pueblo el cual, como la famosa gota de sangre de 100 años de Soledad, bordeó obstáculos, bajo escalones, subió pretiles, cruzó llanos y ríos solo para reclamar su derecho a votar, recordando aquellas elecciones surafricanas en las que eligieron a Mandela.
Si la amiga Crespo tiene razón, quizás este #5E comenzó a cambiar este déficit narrativo cuando el nuevo presidente de la Asamblea Nacional nos convocó a rechazar la dictadura como destino.
No habrá magia pero si un gran costo. Y a única razón por la que no usó la referencia que hizo famoso a Winston Churchill ("sangre, sudor y lágrimas") fue porque a mismas fue el eje argumental del discurso de su predecesor.
Pero fue lo único que le faltó en una exposición en que no se colocó en lo alto sino en la primera fila de la lucha de una nación que intenta librarse de una desgracia que algunos aún llaman gobierno y se niegan a reconocer como dictadura.
SIN SOLUCIONES MÁGICAS. Al escucharlo, sentí como pocas veces que el orador se situaba en la trinchera, proponiendo ejercer el parlamentarismo que el chavismo ofreció pero que nunca cumplió: el del servidor público que intenta mejorar los males de sus conciudadanos en la calle, codo a codo con sus miserias.
Recordé al carismático (Borges no lo es) John Connor de Jason Clarke sentando las bases de la épica con lo que seremos recordados: "Cuando se escriba esta historia y se hable de cómo salimos a la calle y nos pusimos de pie tras nuestra hora más oscura, le habremos entregado a las generaciones futuras nuestro sacrificio. Dirán que no nos rendimos".
Con ello, Borges apeló a una cualidad nodal que ha hecho que yo amé ardientemente a los guerreros de la Vinotinto del fútbol de mayores. La misma tenacidad que se vio en la recolección de firmas para el revocatorio o en la Rebelión de las mujeres de Tachiristán.
Pero, sobre todo agradecí la promesa del diputado que - espero - pueda cumplir: "en nuestras manos no se perderá la república... de nuestros hijos". Porque no podemos hablar sino del futuro con la fe que la serie de Terminator ha convertido en su mantra.
Como sus protagonistas, deberemos creer que el futuro no está escrito: nosotros lo construimos. Por eso, quizás, eché de menos que el nuevo presidente de la AN no cerrara parafraseando al conmovedor John Connor que debió consagrar a Christian Bale:
"Mi nombre es Julio Borges y, si están escuchando esto, ustedes son la resistencia".
Eso somos. Y en eso estamos.
Dios nos tenga misericordia.