“Son sin duda maleantes en el poder. Pero son maleantes con ideología. Eso los hace más peligrosos”, @FernandoMiresOI .
Elibeth Eduardo | @ely_e
Para quienes el gobierno siempre es exitoso en sus acciones, la operación de esta semana era absurda.
¿Por qué arriesgarse a la ira de todo el país a una semana de Navidad? Quebrar a los turcos que venden ropa era una medida cruel pero con sentido. Robar a Kreisel, aunque desesperado e injusto, también parecía ir tras la “compra” del aprecio de los más pobres.
No, como dijo ayer Julio Borges en rueda de prensa de la Asamblea y la MUD, “quemar” los billetes de 100 parecería más una medida de tortura psicológica para propiciar el autoexilio de más venezolanos que un acto más de ineptitud.
La oposición (¿por desgracia?) sigue siendo caballerosa. En realidad, el gobierno puede (y hace) las dos cosas.
Humildemente, siempre pensé que la explicación era menos evidente pero más simple: el gobierno necesitaba plata. Por eso la medida inicial fue para la banca pública que está llena de misioneros que compran en efectivo y empleados públicos que “transfieren” todo, temiendo precisamente que un “corralito oficial” los deje limpios.
Nadie debería tener grandes sumas de dinero en la banca pública . Y parece que nadie los tiene.
MOTOTAXISTA SUICIDA. Visto así, el recoger los billetes de 100 ya no es obra del “mototaxista suicida” que horrorizó a Adolfo Manaure (@Amanaure).
No. De pronto el personaje tendría la máscara de jockey del asesino de la Masacre de Texas. Su madre.
La ocasión era la puerta para que las mafias que compran (en efectivo) pañales, arroz y Harina Pan en Petare ahora compraran marrones a 70, 60 y era de esperar que llegara a Bs. 45 en la noche del lunes.
Pero gracias a Javier Ignacio Mayorca recordé a los pranes quienes no deben estar para nada contentos pues, de seguro, tuvieron que ir miti-miti con los milicos. Especialmente después de que en Yare “encontraron” 165.000 billetes que, en adelante, serán papelillo.
Además, en unas declaraciones de JIM esta semana refirió la “taquilla siniestra” que el “honorable” gobierno colombiano le abrió al dinero negro hace 20 años para librarse de la quiebra. El “sindicato de Antioquia” es hijo de esa medida.
¿Suicidas? Ni de vaina.
ERROR DE CÁLCULO. La pregunta es: ¿por qué un gobierno atornillado requeriría tanta urgencia para esta lavandería?
¿Será que Maduro y el régimen tienen fecha de caducidad distinta? ¿O que el Presidente Obrero quiso garantizarse los respaldos militares antes de que lleguen el 5, el 10 y el 13 de enero, fechas en las que, respectivamente, asume la nueva directiva de la AN, fenece el que su salida convoque elecciones y se reactiva la mesa de diálogo con el Vaticano?
De momento el marrón resucitó porque a Maduro se le olvidó que Apure y Bolívar, Maturín, Tucupita, Carúpano (capital oriental del narcotráfico), Porlamar y La Fría no tienen taquillas del BCV y Tumeremo esta a más horas de Caracas que Berlin de Maiquetía.
El el país de chóferes y buhoneros en que el gobierno nos convirtió montó en cólera: la “derecha” no estaba en las colas. Sólo ellos: pendejos sin tarjetas, chequeras ni nada con qué comer.
RECULE TARDÍO. Quizás para el 2E habrán aparecido los billetes y las monedas nuevas.
O, tal vez, veremos de nuevo como se materializa el diagnóstico de Pedro Pablo Peñaloza (@pppenaloza): “vivir en este país es más estresante que compartir cama con la protagonista de Medium”.
O, tal vez, veremos de nuevo como se materializa el diagnóstico de Pedro Pablo Peñaloza (@pppenaloza): “vivir en este país es más estresante que compartir cama con la protagonista de Medium”.
Esperemos que diputados opositores hagan su trabajo y se pongan al lado de la familia de los fallecidos, los 200 detenidos y las decenas de comerciantes víctimas de la desmonetización fallida. Así tal vez el 2016 cerrará con un gobierno (de nuevo) acorralado frente a su incapacidad de recuperar la legitimidad que arrasó al suspender el derecho al voto.
El mal no descansa. Nosotros tampoco. Pero, por si acaso, un abrazo apretado: porque no dejemos de soñar en Navidades y Años Nuevos mejores.
Nos vemos en 2017. O antes, al producirse la noticia.
