domingo, 9 de febrero de 2014

¿LA SALIDA?

ELIBETH EDUARDO

Las consecuencias de la guerra económica que el gobierno le ha declarado al país están en la calle en la forma de colas, buhoneros que venden caro y anaqueles vacíos de los productos que venden los informales.
Lamentablemente, la ideología dominante de los hijos del petróleo (Rubén Dario Gil dixit) que están en Miraflores, La Campiña y sus alrededores les permite creer que es la derecha y no sus propias acciones las que nos tiene en esta crisis.
Es curioso que le den tanto poder al "enemigo". Quizás porque es la forma de amortiguar la disonancia cognitiva que produce ser el país petrolero con los peores resultados del mundo. Tiene que ser una conspiración muy poderosa...
Y, en realidad, lo es: el Estado lucha por arrebatar todo el bienestar de la faz del país creyendo que, distribuyendo una riqueza que no produce, nos igualará a todos en la felicidad que dan las cosas simples dela vida.
Y es que, como dice el dicho, de buenas intenciones está empedrado el camino que conduce a los infiernos...

TAL PARA CUAL. Pero la ilusión de petróleo y su inmunidad contra la miseria no está sólo en el lado del gobierno. En el fondo, a la oposición le cuesta serlo porque tampoco entiende por qué el modelo no funciona. Le horroriza saber que, si fueran gobierno, también tendrían que devaluar.
Así como el chavismo cree en la "guerra económica", la oposición DE VERDAD piensa que al parar los regalos al extranjero y "dejar producir" al sector privado todo estará perfecto. Sin devaluación. Sin ajuste.
Otras buenas intenciones que no llevan a ninguna parte...
Un ejemplo de este voluntarismo ignorante y terco es el - insensato - llamado a una Constituyente.
No es extraño que el gobierno lo deje correr y no se oponga. Intenta ver si somos tan tontos como para resolverle el problema de hacer una convocatoria que le permitiría hacer las reformas constitucionales que Voldemort no logró hacerse aprobar. Esos cambios que permitirán igualar nuestra constitución con la cubana y desterrar los elementos de la República que aún tenemos como defensa.
Ganar una constituyente le permitirá decretar las comunas y derogar vía asambleas tumultuarias el derecho a existir de los disidentes que es, a fin de cuentas, la razón de ser de las democracias verdaderas: la defensa de los derechos PARA TODOS..

LA VERDAD. La salida, ciertamente, está en renovar las instituciones del Estado, colonizadas por el fascismo bolivariano-castrista.
Pero la constituyente no es la manera más fácil ni segura de hacer ese cambio.
La energía que parecen dispuestos a invertir en lograr una elección que, en este momento, perderemos sin duda debería estar dedicada a: 1) ser una mayoría real y tan contundente como ha sido el chavismo hasta ahora aunque, quizás, debamos conformarnos con ser menos grandes. Pero necesitamos medio millón de votos de ventaja, saque lo que saque el gobierno. No sé si eso son cinco o diez puntos. Pero es lo que necesitamos.
Eso significa contar con el apoyo de el 60 ó 65 por ciento del país, No menos.
2) Recorrer de nuevo todos los pueblos para ver dónde están los municipios que pueden ayudarnos a revertir el sistema que le da más diputados al que saca menos votos. O usar ese sistema a nuestro favor detectando los municipios que requerimos ganar.
Es decir, debemos recordar que no ha habrá cambio sin convencer a parte del chavismo de que el sistema actual nos traerá A TODOS la misma ruina y miseria que disfrutan los cubanos. Ni más ni menos. Sólo eso.
3) Recordar que la SALIDA no está ni en Altamira ni en El Cafetal sino en Tucupita, Guasdualito, Carapita, Antímano, los Valles del Tuy y el 23 de Enero.
Y en la UNIDAD: única posibilidad de que lleguemos a dónde no estamos sin perder lo que somos.
Sin unidad no hay alternativas reales. Tampoco esperanzas.
Sin ella no ha salida que no deje de ser un ayuda para el gobierno como bien lo ha demostrado todo lo ocurrido esta semana que comenzó con el desmonte de cuadros opositores en Nueva Esparta y avanza en hacer lo mismo en Mérida y San Cristóbal.
Todo gracias a mentiras e infiltrados que le permiten al Gobierno quedar bien frente a los "violentos" que destrozan con molotov edificios oficiales; hieren con piedras a policías regionales y hasta "retiene" para "negociarlo" a un funcionario del Sebin.
¿La salida? Ni de vaina.
A menos, claro, que lo sea para el gobierno...

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domingo, 2 de febrero de 2014

ECONOMIA DE GUERRA

ELIBETH EDUARDO

La primera vez que escuché a Voldemort increpando a todos que había que bañarse con el agua equivalente a un sólo tobo y un máximo de 3 minutos, me pregunté si sabía lo que hacía.
Me parecía que no tenía sentido que hablara de escasez en esos niveles porque era reconocer una falla de su gestión que ocasionaría penurias a la gente.
Luego me di cuenta que siempre podía (y lo hizo) argumentar que la causa de la crisis era que no se habían hechos las inversiones necesarias en los gobiernos anteriores, sin explicar por qué SU GOBIERNO no lo había hecho.
Pero, sobre todo, el gran arma de Voldemort en estos casos era el SABER que sus votantes no tienen mucho más de un tobo de agua. Muy pocos contaban con agua de tubo y esos, seguramente, no se verían afectados por la restricción.
Era la clase media la que tendría que acostumbrarse a las nuevas condiciones.
Porque ya en ese momento había iniciado la guerra económica.

PRODUCCIÓN DE ESCASEZ. Es curioso que sólo Henrique Capriles y Jorge Roig hayan reconocido aunque no insistido en lo que es una verdad ya evidente: la guerra económica existe y la declaró el gobierno contra el país.
Por ello hemos perdido miles de pequeñas, medianas y grandes empresas; millones de empleos y, la que es peor, líneas completas de producción de productos que ahora hay que importar.
La guerra económica contra la empresa privada ha ocasionado cientos de expropiaciones convirtiendo fábricas antes productivas en empresas "socialistas" que no logran sino dar pérdidas, contribuir a la importación masiva y a la escasez de productos que van desde el café de Fama de América y la leche pasteurizada Los Andes hasta el cemento, el hierro y el acero para las cabillas, por ejemplo.
Gracias a la imprevisión, fallas de mantenimiento y falta de seguro, la lista se extendió - ¡por dios santísimo! - hasta la gasolina, aumentando la "escasez" de divisas que nos tiene sin dinero para aerolíneas, medicamentos, alimentos y hasta papel periódico.

LA DEFENSA. Se ha dicho que la oposición no responde con asertividad a las acciones del gobierno y que no tiene discurso.
Probablemente el problema es que muchos sectores de la oposición coinciden con el discurso de izquierda que "esgrime" el gobierno.
Lo importante es retomar lo que fue el discurso de la enmienda y otros triunfos: recordar que el socialismo "real" o cubano acaba con la empresa y la propiedad privada garantizando la miseria para todos, como comenzamos a ver inexorablemente.
La falta de dólares es el comienzo del tobo para todos: la cola de Mercal (que la clase media permitió sin empacho) ahora recorre la patria.
Recordemos que en 10 años los que no tienen tarjetas de crédito tampoco han tenido derechos a comprar dólares. Es seguramente por ello por lo que el chavista pobre no entiende nuestros gimoteos ante la actual devaluación y restricciones de cupos. Nadie extraña lo que no ha perdido y nunca ha tenido.
Recordar esto y hacer suyos nuestros problemas es el primer paso para que trabajemos por una patria próspera para TODOS.
Ese es el camino y la salida para volvernos mayoría y expulsar el actual régimen.
Todo lo demás está condenado al fracaso y apuntalar a nuestros a verdugos.
Como hasta ahora.
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