domingo, 13 de marzo de 2011

Misión TIPEX

ELIBETH EDUARDO

Lo ha destacado recientemente Teodoro Petkoff, si bien el irrepetible Manuel Caballero solía mencionarlo. Pero es el actual Presidente de la Academia Nacional de la Historia, doctor Elias Pino Iturrieta (@eliaspino) quien nos lo recuerda permanentemente al usar el calificativo que todo lo resume: “El Repentino”.

Ciertamente, la sutileza habla mejor del doctor Pino que de Voldemort (El-que-no-debe-ser-nombrado) pero nos explica esta misión, absolutamente necesaria para borrar de la memoria de las nuevas generaciones todo fragmento meritorio de nuestra historia en la cual no aparezca su nombre.

Es decir, TODA nuestra historia…


TÚ, MI DELIRIO

Con las encuestas mutando y el sol caminando invariablemente hacia su espalda, llegó y se fue el febrero de todas nuestras angustias para subrayar los fracasos: esa historia mil veces contada aunque jamás sucedida en la que “El Repentino” salva el día, demostrando – sin sombra para la duda – que es el héroe de la película.

Las celebraciones de la “Revolución Bonita” toparon por coincidencia con el inesperado movimiento de la “Revolución del Jazmín” en el África mediterránea, luciendo pues, la nuestra, vieja y anticuada: enfrentada al mismo tipo de jóvenes universitarios, clase media y armados con la última tecnología en comunicaciones a la que el resto del mundo aplaude, con la excepcion de los monarcas absolutos del pleistoceno musulmán y los totalitarios de todo credo.

Tanto fue el deslucimiento que el 4 de Febrero fue homologado (repentinamente, diría el doctor Pino) a la toma del Cuartel Moncada cubano, de un solo plumazo y con incontables “licencias”.

No sorprende. Esa mención desliza la tragedia de quien fuera llamado por el difunto Manuel Caballero “Héroe del Museo Militar’: la ausencia absoluta de épica en su “historia revolucionaria”. Ni hablar de una épica fastuosa o exitosa.

Por eso no extraña que se iguale, en su delirio, con Bolívar. Después de todo, el Libertador inspiró a “Aureliano Buendia” por su larga cadena de derrotas hasta que alcanzó el “triunfo final”… siempre marcado por la versión decimonónica del “por ahora” chavista.

Pero Fidel hizo insuficiente ese delirio: ha logrado “permanecer” más que Bolívar y con menos derrotas. También estaba el mundo árabe, con sus monarquías tradicionales o militares, legitímadas por sus luchas anticoloniales-nacionalistas y por el petróleo del subsuelo.

Si él – “El Repentino” – pudiera volvernos musulmanes y sumisos para reinar, monárquicamente, de aquí a la eternidad…

En eso andaban sus pensamientos hasta que el olor a Jazmín se volvió el formol de todos los delirios. Y en febrero, para variar.


CRÓNICAS NEGRAS DE UNA DÉCADA ROJA

La mayor desgracia de “El Repentino” es que la Revolución del Jazmín a él lo ataca más de 10 años antes que a sus panas del Norte de Africa pues la “estrategia” cubana de la masiva inmigración de la clase media ha llevado aquí bastante más tiempo del que llevó en Cuba. Si tan solo puediera llegar al 2012 e imponer su “aritmética revolucionaria”, seguro quedaríamos “vacíos” de clase media y él podría lograr lo que, hasta ahora no ha conseguido con sus cadenas, sus nuevas efemérides o sus libros de historia totalmente reconstruídos.

No es fácil: incluso la generación que no reconoce en cantantes recientes temas clásicos como “Anhelante”, tienen la memoria de sus padres para saber que el Metro era un modelo para el mundo; que no importábamos árroz y, mucho menos, cabillas y gasolina como ahora. Pero, sobretodo, que se podía caminar en la noche por las calle sin morir en el intento y, además, tener un apartamento y un carro siendo profesional.

Hasta en las clases populares saben que Chávez no construyó ni el Parque Central ni el del Este, si bien hay que “aclararles” que toda la infraestructura importante de este país no es obra de Pérez Jimenez: no lo es el Gurí, la autopista Francisco Fajardo ni el Metro. Ni Caricuao!, a propósito del tema de la vivienda.

Por eso las cadenas se hacen interminables. Por eso a la oposición se le “regula” hablar en la Asamblea Nacional: la Misión TIPEX no puede funcionar si se le recuerda a la gente que los 40 años de República CIVIL construyeron las empresas del aluminio y SIDOR en Guayana; PDVSA, nuestra red hospitalaria, educativa y universitaria…

Todas las cosas que “El Repentino” no ha podido igualar y, por tanto, quisiera borrar de la misma manera que Gadaffi hace con la oposición. O apagar, como Mubarak hizo con internet en una semana triste y siniestra.

La misión TIPEX es imprescindible para ser, como Stalin, Mubarak o Gadafi, un nuevo “Padre de la Patria”: Bolívar y Fidel al mismo tiempo.

Por eso no la puede parar. Ni desistir. Ni rendirse.

Por eso los estudiantes le resultan tan odiosos: le recuerdan el fracaso y que requerirá de una “generación” adicional de Tipex.

Si tan solo pudiera convercer a… ALGUIEN de que va a ganar en el 2012.

Mientras, el olor a Jazmín se extiende de Guayana al Táchira: comienza por el Sur y sube, lenta pero implacablemente, hacia Caracas…


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