jueves, 30 de abril de 2009

Los disquitos








ELIBETH EDUARDO




Una de las más graciosas anécdotas de la llamada brecha tecnológica que arropa hoy a la -tradicional- brecha generacional la escuché de una de mis (muchas) primas, quien refería la queja de un MM (marido malhablado) sobre el tener que sacar más a su mujer de paseo para "actualizarla y culturizarla".

- Imagínate que me dijo hace poco: "Martín, cómprame unos disquitos de esos que oyen los muchachos en el Metro. He preguntado en las tiendas pero en ninguna he encontrado los disquitos esos...". Le dije que ni de vaina se le ocurriera repetirlo en público. ¿Te imaginas? - fin de la cita.

Los "disquitos" en cuestión, no son otra cosa que los iPods en todas sus versiones e imitaciones, los cuales han logrado que a chamos y no tan chamos les salgan permanentemente cablecitos por las orejas en el Metro, las camionetitas, aviones, a pie y, en realidad, en todas partes. La invasión avanza...


Anti-crisis
Tanto es así que no pude sino sonreír mientras escuchaba a los señores Penzini (padre e hijo) comentar con cierta sorpresa mal disimulada que, mientras otras acciones mejor reputadas y de compañías más "potentes" en el mercado seguían enterradas o bajando significativamente, Apple no sólo había logrado mantenerse en medio de la peor recesión en tres o más generaciones sino que, inclusive, osaba mostrar tímidas muestras de recuperación.Cabe destacar que - más allá de todas las virtudes de las Mac - nadie tiene dudas con respecto a que el "milagro" bursátil se sostiene (aunque sea por una pestaña) sobre los hombros de los iPods y iPhones, por más que estos últimos hayan perdido en el país la batalla de las preferencias del mercado frente a los BB de RIM (otro milagro) en términos absolutos.Apple se muestra, pues, a prueba de bombas y de guerras bacteriológicas y porcinas a punta de coroticos: peroles a prueba de crisis y recesiones.


Cuéntame tu iPod...
Inclusive antes de que el presidente Obama lo transformara en un "regalo de Estado" al darle uno nada más y nada menos que a Elizabeth II de Inglaterra, montones de programas de radio ya lo habían instalado en la conciencia pop de este novelero país gracias a sus "fiestas de iPods" o secciones similares en las cuales personas reconocidas en la opinión pública se "desnudan" señalándonos las "intimidades" de su iPod. Y es que lo que tenemos, no tenemos... y nunca tendríamos en nuestro iPod nos define y retrata de cuerpo entero, casi mejor que los diarios de nuestra primera adolescencia.De allí que esté convencida de que, muy pronto, habrá respuestas de "convención" (como la de las misses) respecto a las canciones favoritas: Mozart y Simón Diaz serán infaltables… porque lucen bien, mientras que sólo los que se la "echan" de chamos dirán (y hasta tendrán) algún reguetón para no quedar como dinosaurios.Después de todo, dime que tienes en tu iPod... y te diré quien eres.


Al iPod debemos

No obstante, el más importante logro de este invento consiste en haber "acercado" al capitalismo salvaje con el socialismo del siglo XXI o como queramos llamar al disparate chavista.Cuando ya comenzaba a preocuparme por el momento en que el ministro Samán, el de Cultura, el de Contrainteligencia y recontraespionaje comenzaran a diseñar la ley para "regular" los contenidos de mi intimidad, un "Aló Presidente" (que, por supuesto, no escuché) me permitió tener una amargura menos.Así, contra todo pronóstico - y, seguramente, para escándalo de Fidel - el Jefe Máximo de la entelequia socialista petrolera esgrimió un iPod que le había regalado su hija (seguramente mucho más caro que el mío) como poderosa arma para combatir el avasallamiento por la vía de la transculturización a la que nos somete el imperio.


- ¡¡¡Este bichito si es bueno!!! Yo, para combatir la transculturización que intenta arrancarnos de nuestras raíces y esencia como pueblo… lo tengo lleno de puro joropo recio, caballero. Más nada - concluyó, sin consciencia alguna de la paradoja ideológica que colocaba a una de las piezas de oro de Silicon Valley como artículo de primera necesidad del "hombre nuevo" del socialismo...


Yo, por mi parte, respiré feliz de saber que la "libertad de iPod" no estaba con la de expresión, asociación, tránsito y elección en la lista de exterminio de régimen mal llamado gobierno.

Aparatitos habemus!!!




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domingo, 26 de abril de 2009

El Chávez bueno










ELIBETH EDUARDO



Alguna vez escuchaba contar al director de Hinterlaces, Oscar Schemel que, cuando se consultaba en focus groups de personas de los estratos D y E que se reconocían como chavistas cuál sería el líder ideal para el país y se le daba la opción de dibujarlo, un resultado curioso era el de un Chávez... más joven: ese Chávez que fue 25 kilos atrás, el de antes, el que encarnó la esperanza de amplios sectores del país que lo vieron (muchos todavía lo ven) como el héroe que estaban esperando para corregir todos los errores de nuestra democracia y los males de la nación.Quienes hoy se burlan y hablan con desdén de la "acera amplia" de la oposición (porque se encuentran en la misma gente con nada en común y que ni se tratan) se olvidan de que en la de Chávez del 98 cabían sospechosamente Pablo Medina y Olavarría; los Boulton y Lina Ron... por sólo hablar de los extremos.Más y mejor democracia, pero...Uno para todos¿Cómo era posible que todos estuvieran del mismo lado? Porque Chávez, como el espejo curvo de Chejov, les devolvía una imagen mucho más bella de sí mismos: los pobres veían uno de los suyos mejor dotado; los demócratas un militar que había usado las armas en contra de los excesos de los políticos; los empresarios un líder con arraigo popular con el que se podía hablar y la izquierda un fenómeno electoral con el apoyo de Fidel Castro.Chávez, como la metamorfa de los X-Men, se volvía una réplica perfecta: aunque era solo uno, los representaba a todos. Por ello era único e irrepetible. Todos le creyeron. Hasta él se lo creyó...
De los nuestros
Parte del problema reside, fundamentalmente, en que Chávez encarna un modelo de país que las grandes mayorías (y, con esta expresión no me refiero solo a los pobres) ni asumen ni entienden como fallido, fracasado, ineficiente o causante de sus problemas: la ignorancia, como siempre, se vuelve en nuestra contra.Así, si los precios aumentan, muchos piensan que es culpa del gobierno que no hace nada para evitarlo... como establecer cuál es el precio justo y obligar a que se cumpla.Si ha gente muy rica es porque el Gobierno permite que las ganancias sean excesivas a costa de los que tienen menos. O porque permiten que algunos tengan unos sueldos obscenos: entonces, hay que regular las sueldos... Al menos el de los funcionarios del Estado: ministros, magistrados, rectores, presidentes de institutos, etc. Así que, el idiota del INDEPABIS nos disgusta por ser él y no por lo que hace que es lo que el país en realidad necesita (mano dura contra los especuladores); la Ley de Emolumentos nos parece tan válida como a otros les resultará que, en una mañana cualquiera de las próximas semanas, se resuelva que todos en el país debemos ganar los mismo o que la escala de salarios esté regida por bandas y escalafones absolutamente regulados y convenidos. Y repito, esto ocurrirá no en años o meses: serán semanas. Pocas semanas.El. Socialismo del siglo XXI y sus medidas de totalitarismo económico están en la base del inconsciente colectivo de un país como el nuestro en el que "la derecha" nunca ha sido el discurso dominante pues la injusticia y el abuso le han restado credibilidad: que en aras de la protección futura de la empresa las ganancias sean excesivas solo tiene valor si se está dispuesto - cuando pase - a asumir algo de pérdida en la operación. Si se ha sacado divisas para resguardar el patrimonio, frente a situaciones de emergencia y con las garantías requeridas, parte de esos fondos deberían volver. Si las condiciones cambian, deberían entonces bajarse los precios y es la inflación causada más que la estimada la que debería regir los aumentos de precios. Nada de eso, sin embargo, ocurre y nuestro sector privado es y ha sido tan corrupto, ineficiente y decepcionante como el político.
Justo es reconocerlo, en este país la derecha no ha estado a la altura de su desempeño en otros países y no tenemos un Abby Lincoln que disculpe o justifique su persistencia en nuestra sociedad.Sin embargo, es innegable que muchos de sus valores (los que defienden al individuo del colectivo) han sido y son la piedra de tranca del avance del comunismo de todos los tiempos, por más que ahora se haga llamar Socialismo del siglo XXI.

Cuidado con lo que quieres...
Invasiones, atracos justificados y necesarios; rechazo a la propiedad privada... Nombre cualquiera de los "cambios profundos" de valores que requiere el nuevo régimen: todos ellos pueden ser manipulados en un discurso que se confunde con el cristiano hasta que nos toca la piel y nos damos cuenta que su justicia es solo aparente. Al venezolano le gusta disponer de su plata, lograr prosperidad, que se le reconozca (y pague) con justicia su trabajo y es capaz de construir en la condiciones y sitios más increíbles para tener un espacio que le pertenezca. El rechazo, en la práctica, está garantizado. Es por ello que, aunque, por resentimiento o envidia, muchos disfruten que los "jefes" ganen lo mismo que ellos, pronto recordarán que, en realidad, lo que sería bueno es cobrar tanto como los jefes. Ya hoy se ve retractarse a quienes decían que la meritocracia era una trampa para pagarle más a los de nómina ejecutiva, al ver morir en planta a sus compañeros porque los "nuevos chivos" no tienen la formación, experiencia o capacidad necesaria y, además, ganan lo mismo. Y seguirán subiendo forma indetenible dentro de la estructura de la organización: de repente, la meritocracia cobra sentido, más allá de las cláusulas de los contratos colectivos...También es cada vez más frecuente ver a quienes se quejaban de los "hijitos de papá" de las universidades y que se mostraban convencidos de la enseñanza "a la cubana" es mejor, prefiriendo junto con los vecinos y parientes de los pacientes muertos reclamar que les manden médicos de la Central.... porque antipáticos, peseteros, sifrinos o no, al menos son médicos de verdad.La hora de los discursos toca a su fin, recordándonos una de esas peculiares maldiciones chinas que no sólo parecen inofensivas sino que, además ni siquiera suenan como maldiciones sino todo lo contrario: "ten cuidado con lo que quieres...Puede ser que lo consigas"... El país quería que el período del primer Pérez y toda su prosperidad volviera encarnado en alguien no corrupto que que no fuera adeco...

... puede ser que lo consigas
Ahora tenemos justo lo que queríamos (algunos, muchos) y, también, todo lo contrario. En eso, sin duda, ganamos un nuevo Pérez: alguien que es de izquierda pero es conservador; un militar que habla a favor de la izquierda y el anti-imperialismo; no es adeco aunque lo parezca y nadie puede decir que se ha agarrado medio... aunque su familia haya pasado de ser la más rica de Barinas y una de las del país mientras el resto de "los hombres del Presidente" son reconocidos por sus nuevas, costosas y cada vez mejor acondicionadas posesiones…
Chávez, más que un Mesías ha sido un líder simbólico y derrotar su discurso es parte de lo que trataremos la próxima semana.De momento, quizás debamos comenzar por entender que, antes que necesitar un "gallo" igual a Chávez... pero que no tenga todo lo malo de él incluyendo su equipo, lo que requerimos es reconocer que Chávez - efectivamente - nos representa mejor de lo que quisiéramos: intenta siempre imponer lo que quiere y espera obediencia ciega; maneja la ley y las normas a su conveniencia y si no puede evitarlo; protege a los suyos (el grupo pequeño, no el gran colectivo) a costa de saltarse las normas y, en el fondo, no cree en la democracia a menos que lo favorezca... como todos aquellos que rezan por un golpe (desde que ganó) porque no lo querían.
El monstruo es NUESTRO monstruo: lo construimos, lo empoderamos y le dimos argumentos para apertrecharse en Miraflores a la brava, defendiéndose de quienes no le perdonaron que ganara pese a ser pobre, negro y feo.Chávez es sólo la expresión, no el problema: comprender que un tipo "como Chávez" (otro héroe o titán).sólo puede traernos un Chávez corregido y aumentado puede que nos cure de querer un "más arrecho" en lugar de una más eficiente (como Rosales), formal y disciplinado (como Capriles), sereno (como Salas); alegre y dedicado (como Ocariz) o decidido y resteado con el colectivo (como Ledezma, Pablo Pérez y Pérez Vivas).Antes de ver cómo resolvemos el Chávez de Miraflores quizás debamos combatir al Chavecito que llevamos dentro: el que nos impide valorar y creer en los líderes que vamos teniendo y afinar, con ellos, un proyecto de país que mejore la Constitución del 99, recordando que ésta es lo único en lo que Chávez recogió las aspiraciones de sus seguidores por encima de las suyas.Se impone, pues, antes de la resistencia, el exorcismo... Darnos el país que queremos no es la obra de uno (el titán) sino el compromiso de todos. Y para ello no se requiere un héroe invencible. A menos, por supuesto, que sea Harry Potter: la magia, el amor y el sacrificio por los seres queridos nunca están de más... siempre y cuando podamos distinguir que el servicio público y el ejercicio de la política, en si mismos, son un sacrificio.
De momento, comencemos con lo que controlamos y apeguémonos al exorcismo: ¿sabes cuánto de Chávez vive en ti?
Comienza por eso...

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domingo, 19 de abril de 2009

Historia de Dos Ciudades







ELIBETH EDUARDO


Antes de que nadie me acuse de imprecisiones irrespetuosas o inexcusables debo reconocer que - en contra de mi voluntad - nunca he leído este libro de Dickens: por alguna razón, inexplicable para mí, no formaba parte de las muchas colecciones de clásicos de la literatura que mi abuelo se encargó que tuviéramos a mano durante nuestra niñez. Tampoco he logrado encontrarla (por ahora) en las muchas reediciones de clásicos que cada vez con más frecuencia proporcionan los periódicos. Finalmente, supongo que es tenida como inapreciable pues no la he hallado en las ventas de libros usados. En cualquier caso, no es el punto.

Por fortuna, es un libro que ha sido citado en algunos otros que he leído (Intriga en Bagdad, Mujercitas, etc.) y que tiene varias versiones cinematográficas. De allí que pueda hablar de él... acotadamente, casi como si lo hubiera leído. Insisto en el "casi" porque, para los efectos de esta nota, lo que vale es la trama y no los detalles de la misma: la intención del autor más que los personajes que construyó.

Establecido este punto (con las disculpas a mi ignorancia) vayamos a lo que quiero abordar.



Todas las guerras, cualquier guerra

Casualmente en un mismo fin de semana tuve conversaciones difíciles con amigas que no viven en el país por el abordaje de temas complejos.El primero, el de los veteranos de guerra y sus experiencias: cómo quedan marcados y la injusticia de la guerra (cualquier guerra) que los lleva a ellos y sus seres queridos a una realidad que debería ser desterrada.De más está decir que ingleses pero, especialmente, estadounidenses, han constituido la mayoría de los veteranos del planeta casi que en todos los tiempos, superando largamente a italianos, franceses, holandeses, chinos, japoneses, rusos y alemanes... Por citar solo los más conocidos pueblos de guerreros de la humanidad.Para no extenderme en el tema, diré sobre la diferencia de criterios que me identifico tanto con la epopeya de más de un siglo de los gringos como mi amiga con la de los salvadoreños, nicaragüenses, argentinos o colombianos, por nombrar algunos de los pueblos latinoamericanos que dejaron veteranos de guerra por lo menos en los últimos 30 años del la pasada centuria.Al respecto y para concluir el punto sólo citaré una reflexión de Chuo Torrealba (basada en un escrito de alguien que no sé quien es) al señalar la diferencia entre el soldado estadounidense y el vietnamita: al completar su "servicio", el estadounidense volvía a la paz de su país. El vietnamita (como el colombiano, salvadoreño, etc.) no tenía más opción que pelear hasta la victoria o la muerte. Justo el dilema que, con variaciones, nos tocará enfrentar a los venezolanos... y he aquí la otra conversación compleja con alguien que está afuera…



"Era el mejor de los tiempos. Era el peor de los tiempos"

Frente a proyectos o compras de vivienda de algunos de nosotros, mostró confusión. "Nosotros desde aquí (España) los vemos bastante jodidos. Pero si siguen pensando en comprar o están comprando... pareciera que las cosas no están tan mal". Tiene razón... y sin embargo se equivoca.Por ello le expresaba en la conversación que siguió a esa declaración que, estén como estén las cosas, hay que vivir y trabajar por salir de esto: por más que parezca que es imposible, que la dictadura perfecta de Chávez nos avasallará a todos llevando a Venezuela a una suerte de Cuba petrolera o, más bien, la versión latina de Rusia incluyendo, quizás, a sus Putin y Mevedev. Me recordó el estupor e incomprensión que nos causaban los chilenos y argentinos de las dictaduras recientes así como los juicios particularmente duros que he emitido tanto hacia palestinos como israelíes (especialmente) por mantenerse viviendo en una zona de guerra y respaldando electoralmente a quienes mantienen la misma.Puesto que el saldo de la guerra civil de baja intensidad que nos ha declarado el chavismo incluye los muertos del hampa (por lo que los gringos llaman "complicidad por indiferencia depravada") superan en los últimos 10 años las bajas de israelíes y palestinos, quizás deba declarar que tiene más sentido mantener posiciones en la Franja de Gaza que comprar una casa en San Antonio de los Altos, criar hijos en Maracaibo o simplemente, hacer algo en Venezuela que suponga algo más que el apertrechamiento indispensable para la supervivencia... O, como diría Axel Capriles, para instalarnos cómodamente en el estado de anomia (finalmente entiendo perfectamente a que refiere el término) al que quiere y está logrando encadenarnos el régimen a punta de desesperanza aprendida, ansiedad y frustración.Por eso odio sentir que he sido poseída de un optimismo irracional: sí, creo que la revolución chavista ha servido para que el cambio político que ofreció sea hoy la ejecución (con todas las dificultades) de quienes están en la oposición. El trabajo político con y por la gente; la búsqueda de mejores condiciones de vida; búsqueda del respeto de la pluralidad de las opiniones e inclusión para todos, así como el adecentar y profesionalizar la política en la búsqueda de un mejor país, una mejor democracia y la construcción de una ciudadanía que sepa y entienda - aunque no le guste - que el "se acata pero no se cumple" que ha sido nuestra máxima frente a la majestad de la ley es, justamente, lo que hace al chavismo tan repulsivo y repugnante, tan arbitrario injusto. Tan incompetente y corrupto. Tan nuestro...

Ese cambio se produce, lenta y dolorosamente frente a las ilusiones, las creencias y las promesas rotas del líder que encarna lo peor de nuestra historia como pueblo. El rechazarlo hasta la agonía; denunciarlo hasta la mudez y combatirlo sin alternativa (como el soldado vietnamita) me hace diferir de quienes sienten vergüenza por ser venezolanos o vivir en Venezuela, como si fuéramos culpables del Holocausto que todavía tortura a los alemanes y que pagan con su tierra, su cultura y su sangre los palestinos.

La neodictadura totalitaria, que perfecciona las "hazañas" de Hitler, el PRI mexicano y Fujimori es un reto histórico que enfrentamos aprendiendo de nuestros errores y sin abandonar en manada al país como hicieron (y no los culpo) los siempre ensalzados cubanos.

Es el peor de los tiempos... Y lo resistimos hasta en el desaliento. Mientras, nuestros políticos aprenden con nosotros a enfrentar un proceso inédito que ha sentado las bases para una nueva generación de líderes comparables a los fundadores de la democracia y a los libertadores.

Es, también, el mejor de los tiempos.


La mirada ajena

Lo que hace de Historia de Dos Ciudades tan fascinante es la mirada absolutamente horrorizada que Dickens nos brinda de un proceso social y político que cambió los valores del mundo y que, sin embargo, permitió que un militar oscuro y ambicioso como Napoleón pudiera convertirse en Emperador de Europa.

La Francesa, además de caos, muerte, opresión e injusticia, construyó un tirano sanguinario (quizás más de uno, si pensamos en Robespiere) en nombre de la República, la democracia, la igualdad, la fraternidad y la libertad.

Dickens nos desnuda estas verdades, desde la Londres contemporánea a la Revolución… que era la ciudad más peligrosa (delincuencialmente) de su tiempo. Sin embargo, su mirada es de estupor frente a un caos que le es ajeno, por más que las prostitutas de su ciudad estuvieran siendo diezmadas por Jack el Destripador.

La mirada ajena, como puede verse, ve mejor de lejos que de cerca. No le quita esto, sin embargo, relevancia a la mirada de Dickens que coloca a la RF en todas sus dimensiones, para que evaluemos lo bueno que dejó sin olvidar el dolor, la miseria, el caos y las vidas que costó.

Espero que el libro de Sammy sobre los veteranos aporte ese mismo valor: no las hazañas de los héroes gringos sino la reflexión aturdida de quienes nos preguntamos cuántas guerras más encabezarán los marines y, si alguna vez, coincidiremos con sus causas. Qué bueno sería que estuvieran defendiendo civiles en Darfur en lugar de acabar con sembradíos de drogas en Afganistán o Colombia, por más que esto último nos resulte cercano.

Del mismo modo, espero que, mientras este artículo y otras historias se escriben de lo que pasa en Venezuela desde la miopía de la inmersión, en alguna parte alguien nos mire y nos cuente con ojos como los de Dickens, mostrando la gloria y la miseria que, desde nuestra orilla, nos resulta irrelevante, invisible o inapreciable...

Ya sea Alberta, Willemstad o Sevilla, Caracas también merece una ciudad desde donde se cuente su historia viendo, desde lejos, mucho más allá de lo evidente. Así, algún día, tendremos una mejor visión de la maldición china en la que estamos metidos y para la cual, al parecer, no tenemos clara la fecha de vencimiento. Lo que sí tenemos es la certeza (parados en el centro de los mismos) de que ni siquiera los tiempos interesantes de los chinos duran para siempre.

Ni hay pueblo que los resista...



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jueves, 16 de abril de 2009

Tres puntitos




ELIBETH EDUARDO


Me miró con cara de preocupación y, preguntando entre los dientes me dijo: "¿ya sabe que ajustamos los precios, verdad?".
Más tarde, vi que habían pegado en el mostrador una hoja de papel que daba esta mala noticia a quienes no lo sabían.
Me pareció innecesario: ya desde el primero de abril las clientas habituales de esa (barata) peluquería habíamos percibido el incremento aunque, a decir verdad, pensé que era el IVA... y, como no acostumbro a sacar mucha cuenta, me pareció que los nueve bolívares (nueve mil de los de antes, aún no extintos) de diferencia equivalían al 33% que el Presidente no dijo que representaba el increpen
Tuvo razón la chica al colocar el papel: desde mi puesto con vista a la caja presencie melenas perfectas y cuidadosamente secadas engrincharse frente a la “nueva” factura. Incluso, cuando me tocó pagar, fue tanta la impresión que me dio ver la cuenta de otra víctima que se me alisaron los rizos.


Variaciones sobre el mismo tema
Lo curioso es que ese 33% ha tenido distintas expresiones, algunas tan inelegantes por poco proporcionadas.
Así, la peluquería aumento 9, que es 3 veces los tres puntos. El pasaje, en cambio, aumento 300 de los de antes, porque nadie siente que eso sean 30 céntimos. Eso es 100 veces 3... que parece demasiado.
El condominio, en cambio, fue como la peluquería, aunque el número resultó distinto y no llega al 33%... Quizás estén esperando tomarnos distraídos para completar el porcentaje que falta…. por aquello de que de a poquito no se nota, cosa que siempre es falsa.
De una cosa estoy segura: los aumentos de sueldos no reflejan ni el del pasaje ni los "tres puntitos" de Chávez. Sólo espero que me alcance el mío para el "arreglo mayor" que me toca el mes que viene en la (cara) de mis peluquerías. En enero fueron Bs. 250. Tiemblo de sólo pensar en sacar la cuenta de por cuánto eran a multiplicar los fulanos puntitos de IVA.
Menos mal que sólo fueron tres...



Post Data
¿Vieron que la gente del Metro (como intuí el domingo), pese haber declarado que las reparaciones iban a tiempo, nos han dejado sin el tramo en arreglo y sin Metrobuses de ayuda fuera de las horas pico?
La pregunta es, que son más; mentirosos o creativos?
Sin comentarios...


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domingo, 12 de abril de 2009

Turismo endógeno





ELIBETH EDUARDO


Creo que es justo reconocer que no soy de las personas que encuentran muchas cosas favorables que reconocerle a la Revolución Bonita, probablemente porque me parece que - en la mayoría de sus proyectos- es ineficiente, improvisada, efímera y ha dado pocas muestras de tener ideas originales o realmente exitosas, como lo evidencia el hecho, por ejemplo, de que los planes del Metro, incluyendo el Metrocable tienen más de 20 años. No obstante, debo reconocer que han perfeccionado a niveles exquisitos la estrategia usada por gobiernos anteriores para torturar a los caraqueños e "invitarlos" a salir de Caracas.

Doble frente
Lo primero que distingue a la estrategia bolivariana de las previas es su carácter de promoción endógena: nada de irse de Caracas para Nueva York, Miami, Sevilla o Aruba. No, no, no, no: a menos que vaya a La Paz, Managua o La Habana (en su defecto, Varadero) esos dólares son necesarios para dárselos a Fidel, Daniel o Evo, especialmente en tiempos de caída catastrófica del ingreso petrolero.
Así que, lo primero, fue darnos el país por cárcel al generar un control de cambio lleno de privilegios injustos (como el estar limitado a quienes tienen tarjetas de crédito) e ir reduciendo el cupo, año a año, hasta que no alcance ni para dar una vuelta por Cúcuta.
Resuelto el tema de la salida del país, queda el empujar a la gente a salir de Caracas: nada de ir a pasar el día en el Hilton, lo cambiamos a Alba y lo reservamos a los cubanos, mientras todos los demás - empezando por el Pestana - son demasiado caros para las grandes mayorías con lo cual, un volumen importante preferirá salir a pasear que el turismo 5 estrellas. La estrategia sigue funcionando.


La estatización como recurso
No sólo se juega con los precios: en el caso del teleférico, persuadidos de que ningún precio disminuía lo suficiente su atractivo se procedió pues a estatizarlo y, rápidamente, transformarlo en el peor de los ranchos que son las empresas públicas para garantizar que sólo aquel que desee un suicidio exótico o tenga un masoquista gusto por el maltrato en la atención se arriesgue a realizar un paseo que, en cualquier momento, le costará la vida a algunos valientes revolucionarios, mientras queda varado indefinidamente (una de las palabras favoritas del gobierno) como está el de Mérida, por ahora y desde hace algún rato.
Los museos, por supuesto, también se mantienen gratuitos pero, curiosamente, cada vez hay menos cosas que ver y el gobierno se empeña en que la gente se olvide de ellos... tal vez para que nadie se dé cuenta. Dejaron pues, de ser una opción.
Del mismo modo, con los parques siempre están inventando algo para deteriorarlos (como el Proyecto Leander del Parque del Este), además - por supuesto - de sabotear cualquier iniciativa de los alcaldes por meterle mano, especialmente el Alcalde Mayor.
Convertidos en guaridas, Los Caobos, El Avila y el mismísimo Parque del Este han quedado para las horas que nunca son extremas (ni muy temprano en la mañana ni después de caer la tarde) y, aún así, se corren riesgos de atracos y hasta secuestros. La muerte (afortunadamente) todavía no entra en el menú. Por ahora.


Esfuerzos inútiles
Habrá quienes insistan en que el principal problema es la seguridad. Debo decir que es algo más que le reconozco al Gobierno: el haber casi democratizado el toque de queda de los barrios de Caracas y haber colocado al resto de la ciudadanía en posición de entender lo que se vive en ellos. Ciertamente, el resto de Caracas no es Kenneddy o La Vega en donde la gente se "recoge" después de las 4 de la tarde pero es cuestión de tiempo: el gobierno siempre ha trabajado en eso y con el ministro El Aisssami - el peor de cuantos han detentado esa cartera - está cada vez más cerca de lograr que esa "socialización" del miedo sea equitativa. Todavía tiene que resolver cómo evitar que los cada vez más numerosos alcaldes de la oposición tengan éxito combatiendo al hampa pero ya se les ocurrirá algo. Siempre se les ocurre.
Volviendo al tema, no es la inseguridad la base de la estrategia aunque, ¡qué duda cabe!, ayuda. Tampoco lo es la Autopista a Oriente o a Barlovento que, ciertamente reducen los tiempos... pero que están en tan malas condiciones que, en algún momento, quedarán sólo para los que practican automovilismo extremo.
Habían mejorado mucho el tramo de Miranda, pero la AN (siempre apoyando la estrategia de la revolución) le devolvió su cuido a Diosdado y ya todos sabemos lo que eso significa.
En este punto, habrá quien diga que, si la inseguridad no es importante, frente al terror de las carreteras, las colas en los terminales y otros inconvenientes, es casi preferible quedarse en casa, especialmente ahora que el "blindaje" comienza a caerse y la plata alcanza cada vez para menos, por no decir que para casi nada.
Frente a esta contrariedad inesperada, generada desde el capitalismo solo para sabotear a la revolución, no quedó más remedio que "perfeccionar" y llevar al extremo la más efectiva de las armas para correr a la gente...


El arma secreta: los servicios
Sí, los gobiernos anteriores siempre supieron que dejar a la gente sin servicios - especialmente sin agua - es garantía de la huida en temporadas, especialmente para quien tiene niños pequeños.
Pero, como la crisis económica podía lograr que el corte de agua no resultara suficiente, para esta Semana Santa apelaron a una medida extrema: problemas en la Línea 1 del Metro, específicamente en las estaciones más cercanas al Parque del Este (con el perdón de Miranda) y al Sambil, lo cual es demasiado oportuno para una coincidencia.
Les quedó de lujo: cualquier cosa que logre que los caraqueños prefieran caminar o usar las camionetitas figura como tortura de mediana intensidad.
Es claro que sólo una Caracas poblacionalmente similar "a la ciudad más perfecta del mundo (para Chávez): Sabaneta", como diría -genialmente- Manuel Caballero alguna vez, podría manejar el Metro en esas condiciones. La huida masiva quedó, pues, garantizada.
Sólo esperemos que nadie se ponga creativo y decida que el Metro por tramos es lo mejor para Caracas. Una semana de horror es más que suficiente.
Aunque sea penitencia por Semana Santa.




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jueves, 9 de abril de 2009

Todo el Mundo se pregunta...?: Vuelta a la patria









ELIBETH EDUARDO



NOTA: Recordamos que esta categoría es en memoria del vespertino El Mundo y que consiste, básicamente, en una serie de interrogantes para la reflexión...
INSTRUCCIONES: La frase en mayúscula que encabeza esta nota antecederá a todas las interrogantes que inicien con puntos suspensivos (...).


TODO EL MUNDO SE PREGUNTA...

A sus espaldas
... si, efectivamente, las barbaridades de los funcionarios del régimen se hacen a la espalda de Chávez, aprovechando sus (largas) ausencias, por qué el no asume posturas de rechazo desde el exterior o a su regreso?
¿Será que si cuentan con su visto bueno, respaldo y aprobación?
Entonces, ¿por qué las cosas "gruesas" pasan cuando no está?
¿Por pura hipocresía frente a su masa de creyentes?

Vice sátrapa capitalino
... junto con mi amiga Ahiana Figueroa -a quien cito - "¿cuál de los monigotes de este régimen será el que acepte estar por encima de los votos del pueblo de Caracas", ofendiéndonos con su imposición centralista?
¿Será verdad que Aristóbulo (primero en la lista) rechazó el "premio de consolación" que quiso darle el Presidente por perder la elección?
¿Tendrá razón el Alcalde Mayor en su creencia de que Jorge Rodríguez será el vicepresidente de Caracas, siendo uno de los civiles "doble titulados", junto con Ramírez y Carrizales?
¿Todo esto se hizo para que él gobierne Libertador por partida doble y se quede con los edificios a ambos extremos de la Plaza Bolívar?
¿Por qué, entonces, no lo lanzaron a él como Alcalde Mayor?

Calladas y analfabetas
... dónde estaba la gente de Comunicaciones del Miss Universo que no impidió que la soberana actual pusiera la torta escribiendo en su blog?
... si Dayana Mendoza de verdad estuvo en la cárcel de Guantánamo o sólo en la Base Militar... lo cual explicaría sus desconcertantes y duramente atacadas afirmaciones?
... si ella sabrá la diferencia entre la Base y la cárcel o, inclusive, que en ese lugar funcionan la dos cosas?
... si el señor Trump no preferiría que las ganadoras fueran mudas... y analfabetas, para que no puedan ni escribir ni hablar pendejadas?
Lástima que el problema no es que las digan sino que las piensan.




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domingo, 5 de abril de 2009

Estrategia Borg


ELIBETH EDUARDO

Una de las más hermosas metáforas sobre los totalitarismos del siglo XX (especialmente el comunista, ya sea soviético, chino o de cualquier otra nacionalidad) fue construida por el estadounidense Gene Roddenberry quien recogía el miedo de su generación, marcada por lo que se sabía (o intuía) del régimen de Lenin así como por el horror del Holocausto y el significado del mismo: la posibilidad cierta de hacer desaparecer por completo una raza, cultura, pueblo, nación, civilización o planeta... para referirnos a la metáfora del creador de Star Trek.
Así, lo que resultaba más terrible de estos regímenes para Roddenberry (la pérdida de la libertad colectiva e individual y la imposición de un pensamiento "único y colectivo) quedó retratado en su falta absoluta de humanidad a través de la civilización de los zombis-máquinas operados por una suerte de Big Brother invisible que los hace ver como una comunidad cualquiera de insectos. No por accidente, la voluntad, la única consciencia, el control maestro que dirige a todo el "Colectivo" es "encarnado" por una Reina, similar a la de las abejas u hormigas.
Así, la "civilización" Borg andaba por el universo "convirtiendo" a otras culturas a la suya, haciendo a los otros esclavos sin libertad que formaban parte de una "transformación" que los hacía un "ser nuevo", más sabio y perfecto de lo que habían sido.
Más que señalar las semejanzas con cualquier otro discurso, lo que nos interesa de este poderoso símil usado en The Next Generation es la consigna con las que trataban de evitar que los pueblos a ser deglutidos les dieran trabajo en su proceso de conquista.
La consigna de los Borgs pretendía (y lograba) la huida de buena parte de la población para debilitar su capacidad de resistencia y, también, aterrorizar a quienes quedaban. La misma forma parte del manual de los nazi-totalitarismos-comunismos del siglo XX, se halla suficientemente documentada y está siendo reeditada en Venezuela a través de una consistente Guerra a Muerte Psicológica, aprendida -seguramente- de las bitácoras del G2 cubano.


"La resistencia es fútil"
Puesto que a Bolívar y a quienes vinieron después se les "olvidó" derogar el Decreto de Guerra a Muerte, el Presidente ha decidido retomar esa estrategia bolivariana para acelerar lo que Fidel le dio como recomendación cuando comenzó a asesorarlo: logra que se vayan del país 4 millones de personas (gran parte de las clases adineradas y medias)... para que gobiernes tranquilo, según han revelado disidentes del chavismo como Angela Zago, Ernesto Alvarenga, Gauicaipuro Lameda y hasta el mismísimo Baduel.
Había que avanzar hacia un Estado Comunista, sin oposición de ninguna naturaleza. Pero, para que esto sea posible, es necesario lograr lo que desde Roma y Egipto hasta el Renacimiento, lograban los gobernantes gracias a la religión: la sumisión, seguimiento y obediencia absolutas.
Como claramente demostró la Revolución Francesa, no hay "monarcas absolutos" si los pueblos se revelan pues la consecuencia de la represión asesina es - siempre - más resistencia. Ghandi, Mandela y Walessa son la evidencia virtuosa de este argumento mientras que Mugabe, Castro, Pol Pot, Milosevic, la Mafia, Pinochet y el Cartel de Medellín son la oscura.
El poder absoluto pues, se sostiene en el miedo y la inamovilidad; en la desesperanza o indefensión aprendida que, según todos los experimentos, nos hace preferir el sufrimiento actual - siempre y cuando sea tolerable - antes que enfrentar algo peor que no sabemos de dónde va a venir pero que estamos convencidos que no podremos evitar..
De esta manera, desde el poder y sus recursos para persuadirnos, se impone la terrible consigna que Roddenberry le asignó a los Borgs para hacerlos aún más aterradores: "la resistencia es fútil".
Necia. Tonta. Inútil... Pero no suicida: la belleza de la metáfora de Viaje a las Estrellas está, precisamente, en el hecho de que la conquista Borg (como la romana de los tiempos antiguos o la mahometana del Medioevo) sólo permitía dos opciones: la destrucción vital que conocemos como "muerte", o la aniquilación cultural que los Borgs llamaban "asimilación" y que la historia humana ha denominado (más o menos) como esclavitud. En cualquier caso, siempre moría algo de mala muerte, a veces lenta y para nada natural...

Rosales y el 11A
Los acontecimientos posteriores al 15F son una muestra indiscutible de la (esperemos) arremetida final de esta Guerra a Muerte - total y psicológica - que pretende enterrar el ánimo democrático y liberal del país de Libertadores que es y seguirá siendo esta, la Tierra de Gracia de Colón, hoy desterrado por la maquinaria totalitaria que se empeña en cambiarnos la historia para imponernos la suya. La identidad colectiva. El nuevo Reich. El pensamiento único. La consciencia Borg.
Las consignas del pasado (ni un paso atrás, valientes, Chávez vete ya) deben quedar en el olvido al ver como lo poco que quedaba de esa época, es decir, Rosales y los Comisarios, sucumben también ante el peso de la maquinaria injusta del chavismo, autodenominado Estado.
Ya le había tocado su hora a los líderes de PDVSA, la CTV y la Fedecámaras de la época. También pagó Leopoldo López la osadía de dar cobijo a los militares de Plaza Altamira y de declarar Chacao como "territorio liberado".
Finalmente y en lista están los gobernadores y alcaldes opositores que no sólo le echaron tierrita a la consigna de "No volverán" sino que, además, se han atrevido a dar respuesta en meses a problemas que el chavismo ni siquiera maquilló en una década.
Pérez Vivas, Ocariz pero, sobre todo, Rosales, Capriles y Ledezma son quienes recibirán los mayores ataques... porque lideran las circunscripciones con mayor número de votos y visibilidad.
Aplastarlos, más que un tema de retaliación, venganza y prácticas de "malos perdedores" es una necesidad política de supervivencia: darles espacio para que sean exitosos no sólo coloca en evidencia al chavismo y a la oposición como alternativa sino que, además, derrota la guerra más importante: la de la esperanza.
No sé si Luis Vicente León tendrá razón con el tema del Titán. Para mí, Chávez ya es reo de sus actos y los desmanes de sus conmilitones que lo mantendrán allí a toda costa... para evitar la auténtica justicia, tanto nacional como internacional.
Pero, aún cuando debamos aceptar la hipótesis del Titán, no entiendo por qué no creemos que contamos con héroes: esos hombres que casi despachan desde sus carros han demostrado mayor compromiso que De La Rua y sus primeros cinco sustitutos en la Argentina del 2000. También han dado muestra de más valor que el Vicepresidente activo el 11A, Diosdado Cabello, a quien nadie logró localizar ni vivo ni muerto hasta que pasó todo peligro.
Incluso, han demostrado mucha más entereza que Chávez en el 92 y en el abril de 10 años después.
No sé si el totalitarismo del siglo XXI requiere de mártires como Ghandi y Mandela.
Pero si no podemos ver como héroes a estos hombres que batallan por darnos bienestar, ánimo, confianza, seguridad y calidad de vida ciudadana a costa de enfrentarse a toda la fuerza represiva del Estado y sus Camisas Rojas, es porque ya se ha apoderado de nosotros la desesperanza aprendida... y nos merecemos más a Chávez que a los valientes que (como unos mismos pendejos) todavía nos defienden.
Hemos comprado muchos discursos de la línea del chavismo, como señalaba con lucidez Carlos Blanco en su columna de hoy... Inclusive el cada vez más absurdo argumento de que no tenemos ni líderes ni héroes se lo compramos y nos lo creímos...
Dicho de otra manera, estamos perdidos.



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miércoles, 1 de abril de 2009

Vendo violín medio con poco uso


Elibeth Eduardo

Debo confesarlo: aunque nacida y (parcialmente) criada en Caracas, en muchos sentidos soy una mujer de pueblo. Quizás no deba sorprender: la condición de citadinos la dan los hábitos y mi madre es hija de una con costumbres más bien rurales como recogerse, acostarse y levantarse temprano porque el sitio de una mujer decente es su casa... Por más decimonónico que esto suene.
A ese discurso se une, por supuesto, el que los deportes son de varones: para las niñitas cocina, ganchillo, calceta y cosas así...
Sumemos que, cuando empezaron disiparse las nieblas de la primera infancia, me recuerdo llegando de noche a donde estudiaría mi primaria, es decir, Caricuao... Viaje que, para mi padre, era tan largo como "ir a Barquisimeto" y zona capitalina donde sus habitantes aún intentan confirmar qué hay de cierto en el rumor de que ellos viven en Caracas. Siempre he tenido la respuesta a esa pregunta: ayer como hoy el rumor es falso... con todo y metro.
Así que de niña fui a los zoológicos cercanos (local y El Pinar), creo recordar que alguna vez me llevaron al circo y no íbamos mucho al cine pues sufro de una fuerte fotosensibilidad a la que la pantalla de cine aún le hace mucho daño: si la sala es pequeña, quedo muy cerca de la primera fila o no llevo lentes (en mi infancia no me los recetaron) el dolor de cabeza puede durarme tres días. El cine, pues, quedó descartado.
Y, como el bachillerato lo hice en el interior, la condición de montuna quedó garantizada. Mis - pocos - hábitos citadinos, culturosos y desenfadados los aprendí de las malas compañías (versión de Serrat) que adquirí en la universidad. A Dios gracias.
De no haber sido por mi gusto por la música clásica (que no heredé de nadie), mi interés por la economía, la pasión por la lectura y la escritura, así como la notable inteligencia que me legaron mis genes (la modestia no vino incluida), he podido terminar - sin ofender - como una joven ama de casa con niños en edad escolar o de buhonera en la Baralt. Lo que les parezca peor.



Compremos luz
Con todo ello quisiera evidenciar, sin la más mínima vergüenza, que mi ignorancia en muchas cosas es infinita y ha sido compensada con mucho estudio y los divinos amigos que Dios me ha regalado. Pero, para muchos efectos, soy una perfecta campurosa que, sin embargo, no lee mal ni el inglés ni el francés. Cosas de la Venezuela saudita.
No obstante, me gusta pensar, que esa inocencia "pastoral" me permite disfrutar de Caracas: amarla, apreciarla en lo que parece absurda y valorarla en esos matices insólitos que lograron que el realismo mágico y lo real maravilloso de García Márquez y Carpentier no hayan podido gestarse en ninguna otra ciudad del universo mundo, por más que nadie le reconozca a Caracas ese entre sus muchos otros méritos.
Por eso cuando, recientemente, alguien me dijo "voy a almorzar rápido porque después tengo que ir a comprar un violín (para su hija) que un señor vende en su apartamento", rápidamente pasé revista en mi mente de las cosas que sé que la gente vende en sus casas: helados, cerveza, tortas, prendas, ropa... No, violines no.
Por la inmediata respuesta de mostrarme el volante en que se hacia la promoción de chelos, violas, tubas... y violines, supuse que mi cara había sido la misma que cuando estuve por primera vez en Curazao: la amiga con la que me quedé me dijo (llegando) que teníamos que parar en una farmacia específica para "comprar luz"...
No pagar, comprar. Por supuesto, no entendí... porque nosotros no tenemos eso: allá los servicios de agua y luz son tan caros que, en el caso de la electricidad, tienen la opción de "prepago" para que controlen su consumo "recargando" 10, 15, 50 florines, a través de una tarjeta inteligente y una cónsola en la que introducen el código de la recarga, tantas veces como la realicen al mes.

Volviendo a violín
El volante me resultó tan gracioso como los avisos clasificados personales que reseñan en sus novelas mis autores ingleses favoritos: cosas insólitas para comunicarse con otros, con curiosas claves que yo jamás (ni que fuera conmigo) lograría reconocer.
No pude dejar de pensar que todo era una joda de esas que hacen famosos a los venezolanos. Me equivoqué.
Horas más tarde, yo -la campurusa- tuve el placer de tocar el primer violín que he visto en mi vida... el cual no pedí sostener por la misma reverencia que tengo ante la bella fragilidad de los recién nacidos.
Pensé que lo único que podía resultarme similar fue la primera vez que mire por un telescopio gracias a que otra amiga le había regalado uno a su hija, el cual ocupaba un sitial preferencial en su balcón mirando invariablemente hacia el Cuartel San Carlos para apreciarlo -día y noche- en todo su esplendor.
No me costó imaginarle la cara de fascinación de la niña al recibir el violín: pudo haber sido la mía de haber sido el caso.
Ahora, en alguna parte de Mercadolibre, alguien vende el violín anterior de su hija, con poco uso y en buen estado.
¿El despacho? Desde su casa en Caracas, por supuesto...

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